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La duda existencial: “... y para usted, ¿qué es más importante, la economía o el medio ambiente?”

Anastasia Hernández Alemán

¡Nos sorprendería la fuerte vinculación que hay entre ambas!. La economía sin el medio, no sería posible: ¿se podría ser productivo con frecuentes oleadas de calor o con inundaciones o con vientos huracanados...? o ¿cuánto nos cuesta la transmisión de enfermedades infecciosas, por ejemplo, a través de mosquitos que antes era casi imposible que sobrevivieran en nuestro entorno, y ahora no sólo sobreviven, sino que se reproducen, a consecuencia del cambio climático? o ¿cuánto nos costaría la pérdida de turistas a consecuencia de los mares contaminados o del estrés térmico o de los problemas respiratorios?. ¡Sumemos!. Miren, ya hay bancos que están ajustando su estrategia financiera a los impactos sobrevenidos a las economías a consecuencia del cambio climático. Algunos ya están provisionando las pérdidas porcentuales en el PIB, y que repercuten directa o indirectamente en su negocio, o en el negocio de sus clientes.

Ya sabemos que el “dinero” no pierde el tiempo, y además, se asusta con facilidad. Pero, ¿y nosotros los ciudadanos?, ¿estamos tomando alguna medida de prevención?. Antes de responder a esta cuestión, debemos plantearnos acerca del grado de afecto que sentimos por el medio ambiente, y volviendo a la pregunta del subtítulo: ¿qué es más importante para usted, la economía o el medio ambiente?. Es claro, y así lo dicen los datos, que si no tenemos las necesidades básicas cubiertas, ¡no estamos para reciclar!. Pero esto que observamos a nivel micro, también podemos observarlo a nivel macro: ¿está China interesada o dispuesta en reducir las emisiones de CO2 a cambio de una pérdida en el PIB porque los occidentales estamos preocupados por el cambio climático cuando ellos están en pleno desarrollo?. Pues es lo mismo a nivel micro, y viceversa: ¿se le puede pedir a un hogar que apenas llega a fin de mes que adquiera el producto de limpieza más ecológico porque contamina menos a pesar de que su coste es mayor? Pobreza y medio ambiente van de la mano.

Pues esto es lo que aún hoy nos siguen diciendo los datos. “Los datos”. ¡Qué importante es contar con buenas bases de datos, de acceso público, libre y transparente!, ¡sin condiciones!. Ayudan a guiarnos, a tomar decisiones fundamentadas y con criterio, a no perdernos en la adversidad de los acontecimientos. ¡Destinemos recursos a los datos!. ¡Es una inversión de futuro!. Digo bien: inversión porque los datos directa e indirectamente generan renta. Otra cosa, es la rentabilidad de los mismos. Curioseando en los microdatos de algunas encuestas que generosamente facilitan los diferentes organismos públicos de nuestro país, y que sufragamos todos los ciudadanos con nuestras generosas contribuciones tributarias, se puede concluir sin lugar a la duda que aún hoy los hogares más pobres presentan mayor desafección al medio ambiente respecto de los hogares más ricos.

Pero lo más preocupante de estos datos es que las diferencias porcentuales crecen en el tiempo. Esto es, no se observa que haya una convergencia entre los hogares más ricos y los más pobres en este sentido. Me explico. Hagamos una comparación intertemporal a ver cómo van los porcentajes. En el estudio del CIS nº2.209 de 1996 (“Ecología y Medio Ambiente”) hay una pregunta específica que evalúa el grado de preocupación del ciudadano acerca del medio ambiente en una escala de 0 “nada preocupado” a 10 “muy preocupado”. En este caso, el 52,45% de los encuestados manifiestan una preocupación de 7 o superior frente al 1,3% que no está nada preocupado (niveles de 0 y 1). Si hacemos el cruce respecto del nivel medio de ingreso neto mensual del hogar resulta que en los niveles más bajos de renta, renta del hogar inferior a 901€ (150.001 pts.), el 51,83% de los encuestados manifiesta una preocupación de 7 o superior frente al 58,34% de los hogares con las rentas más altas. La diferencia en este estudio de 1996 es del 6,51%. La última “Encuesta de Medio Ambiente” realizada por el CIS corresponde al año 2010 (Estudio nº 2.837). En ella sólo el 3% de los 2.560 encuestados consideraron el medio ambiente como el tema más importante para España; el 5,6% de los encuestados lo consideran como segundo tema más importante. En cuanto a la pregunta relativa al grado de preocupación por el medio ambiente; en este caso, hay cinco grados posibles desde el 1 “no está nada preocupado por el medio ambiente” al 5 “está muy preocupado”, el 65,20% de los encuestados muestra un elevado grado de preocupación, del nivel 4 en un 39,20% y del nivel 5 en un 26%. Así pues, el porcentaje del 65,20% es algo menor respecto del 77,42% (“mucho”) de la Encuesta de Hogares y Medio Ambiente del Ine de 2008, y mayor con respecto a la encuesta del CIS de 1996 con el 52,45% . Si cruzamos el dato anterior del CIS_2010 del 65,20% con respecto al grado de preocupación por el medio ambiente según los intervalos de renta, observamos que aquellos hogares con menos de 901 euros netos por término medio al mes muestran los máximos niveles de preocupación (niveles 4 y 5) en un 57,71%; mientras que, en los niveles más altos de la renta (ingresos superiores a 3.000 €/mes) el porcentaje se eleva al 71,24%.

La diferencia en el grado de preocupación según el intervalo de renta es de 13,53 puntos porcentuales; comparando esta diferencia con la del CIS de 1996, resulta una diferencia creciente en el tiempo. Si bien, el porcentaje en cuanto al máximo grado de preocupación entre los hogares de menor renta es mayor en 2010 (57,71%) respecto al de 1996 (51,83%), la diferencia entre hogares ricos y hogares pobres ha aumentado significativamente (13,53 puntos porcentuales). Bien es verdad, que no hemos tenido en cuenta el poder adquisitivo de los hogares pues no es lo mismo 901€ en 1996 que en 2010. Bueno, pues los datos nos dicen, en principio, que lejos de converger entre ricos y pobres en cuanto al afecto por el medio ambiente, nos alejamos. Hay que decir que estos dos estudios del CIS, de 1996 y 2010, no emplean la misma escala de graduación, pues en el estudio de 1996 la escala de graduación es del 1 al 5, y en el estudio de 2010 es del 1 al 10. Es muy de positivo que el CIS haya hecho públicos, y de libre acceso, las bases de microdatos de las encuestas que realiza. No obstante, sería deseable que el CIS se pusiera de acuerdo en cuanto a la escala de graduación cuando, por ejemplo, en este caso concreto, formula la pregunta por el grado de preocupación; sería bueno que mantuviera en el tiempo la misma pregunta. Ello permitiría alcanzar una mayor precisión en el análisis. Si cambiamos la forma de hacer la pregunta, perdemos la posibilidad de hacer comparaciones intertemporales, entre otros sesgos posibles.

Cómo se haga la pregunta, también puede afectar a la respuesta. ¡Y no digamos si pudiéramos acceder a un panel longitudinal!. Casi un sueño, ¡y sin cambiar la metodología, claro, salvo que esté muy justificado!. Son recursos públicos que facilitan la investigación y el avance científico, y con ello, el conocimiento. Y todos sabemos que los recursos económicos no abundan en la investigación en nuestro país, en particular.

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