Espacio de opinión de Canarias Ahora
Gracias, muchas gracias
Esta semana ha sido muy dura para la isla de Gran Canaria por el voraz incendio, un tsunami de fuego, un “fuego hambriento”, como lo califican los técnicos, que ha afectado al corazón de nuestra isla y al sentimiento de toda la sociedad grancanaria. Una desgracia que se agravó por el fallecimiento de una persona. Mis condolencias y las del Cabildo, en nombre de Gran Canaria a su familia y amigos.
El miércoles hacia el mediodía saltaban las alarmas de un incendio, en el centro de la Isla, que nos sorprendía por la agresividad y la velocidad con que había empezado a propagarse desde su inicio, en las cercanías de Tejeda, debido al viento y a las altas temperaturas. Han sido días muy tensos y preocupantes. Días de lágrimas y tristeza por las pérdidas que hemos sufrido. Tras visitar la zona afectada y hacer un reconocimiento del terreno he de reconocer que la huella que ha dejado el fuego en la cumbre de la isla ha sido tremenda y se han registrado daños importantes. El incendio ha afectado a 2.700 hectáreas de pinares y monte bajo (pudo haber alcanzado las 14.000 hectáreas), así como a algunas viviendas, edificios de hostelería y restauración y fincas agrícolas y explotaciones ganaderas. Nos queda el consuelo de que durante la noche del miércoles afortunadamente se pudiera controlar, cuando temíamos que la magnitud pudiera ser aún mayor.
Los grancanarios vemos a nuestra cumbre como el espacio sagrado del que nos sentimos orgullosos, que nos identifica, que sirve de reserva natural a las mejores especies que crecen entre nosotros. Es probablemente el lugar que todos elegimos si nos preguntan por la referencia de nuestra tierra. Cuando se desata un incendio en esas alturas es frecuente que coincida con condiciones meteorológicas extremas, y a veces con imprudencias o malas intenciones, y entonces la repercusión es enorme y la inquietud nos impacta.
Estos sentimientos los hemos vivido intensamente todos los grancanarios, todos los canarios, desde el miércoles que se inició el incendio. Decenas de personas, de organizaciones, de instituciones, partidos políticos, etc, se pusieron en contacto conmigo y con el Cabildo de Gran Canaria para ofrecer su colaboración, su disponibilidad, su solidaridad efectiva. La primera palabra que debo pronunciar hoy dirigida a toda nuestra gente es Gracias, con mayúscula. He comprobado que formamos una sociedad viva que se expresa en miles de acciones desde la colaboración en la evacuación, hasta la apertura de las viviendas para acoger a las personas que lo necesitaron. Hubo empresas que ofrecieron sus camiones, su personal o sus productos para colaborar con el campamento base o con los operarios que estaban actuando en primera línea. Enseguida empezaron a trabajar las empresas de telefonía y energía. Todas las administraciones hemos colaborado con la única mirada en el fuego. Es muy difícil nombrarlos a todos, pero queda registrada en mi memoria esa catarata de solidaridad que era más grande y compensaba el tamaño de las llamas. Discúlpenme si se me queda alguien atrás. No es intencionado. Se me puede pasar porque es muchísima la gente y los colectivos a los que tengo que hacer un reconocimiento.
El incendio se ha podido sofocar gracias a la profesionalidad del personal que ha trabajado en primera línea, a todos los técnicos, fuerzas de seguridad, expertos y voluntarios que cubrieron y siguen cubriendo las necesidades en todos los frentes. Por eso quiero que este artículo sea de agradecimiento a una sociedad que sabe responder a los grandes retos en momentos decisivos. Como presidente del Cabildo de Gran Canaria quiero expresar mi gratitud y el orgullo que nos produce el esfuerzo, la abnegación, la disponibilidad, la humanidad que han mostrado.
Quiero expresar mi máximo reconocimiento a los profesionales y a los equipos de extinción de toda Gran Canaria, así como a los efectivos desplazados desde Tenerife, La Palma, La Gomera, Lanzarote y Fuerteventura por su trabajo infatigable.
Agradezco especialmente el trabajo de la Unidad Operativa de Fuegos Forestales del Cabildo de Gran Canaria, a todos nuestros agentes de medio ambiente, a los técnicos del CECOPIN, al Centro Coordinador de Emergencias 112, a la Unidad Militar de Emergencia, a las policías locales de los municipios afectados y del resto de la isla, al Consorcio de Emergencias de Gran Canaria y a los bomberos de Las Palmas de Gran Canaria y San Bartolomé de Tirajana. Reconocemos el trabajo de la Guardia Civil, de la Policía Canaria y de la Policía Nacional.
También ha sido encomiable el trabajo de las unidades aéreas que operan en condiciones que siempre son difíciles pero que en esta ocasión lo fueron extremadamente. Igualmente, debo dirigir este agradecimiento a la Cruz Roja y a las unidades de protección civil de toda Gran Canaria. Y en esta reconfortante lista quiero incluir a toda la población y voluntarios civiles que se han ofrecido generosamente para lo que se necesitara. Y a los medios de comunicación, nexo imprescindible entre los operativos y la sociedad pendiente de lo que estaba sucediendo.
Gracias, muchas gracias al esfuerzo y la implicación de los centenares de personas que de manera coordinada han contribuido a controlar y extinguir el fuego. Han sido varios días trabajando sin descanso poniendo en riesgo sus vidas para proteger nuestra tierra y las vidas amenazadas por el fuego. Las ganas de colaborar y ayudar en la extinción del incendio fueron palpables desde el primer momento. Ha sido un trabajo modélico que no me cansaré de agradecer nunca. La foto de Gran Canaria es la de sus mujeres y hombres codo con codo para salvar lo que más queremos.
También quiero reconocer y valorar la colaboración de todas las administraciones por poner a nuestra disposición los medios necesarios y por el trabajo coordinado. En este caso mi agradecimiento lo hago extensivo al Gobierno de Canarias, al Gobierno Central, a todos los ayuntamientos de la Isla y a los Cabildos insulares. Y cómo no, quisiera agradecer a los vecinos de las zonas afectadas la gran responsabilidad que han demostrado en los momentos más duros. A pesar del impacto que supone dejar sus hogares en estas condiciones para proteger sus vidas, su comportamiento ha sido ejemplar. Sobrecoge y hace que nos quedemos sin palabras.
Es emocionante ver cómo en los peores momentos brota de manera desinteresada la solidaridad de las personas y sacamos lo mejor de cada uno de nosotros. También aparecen en las redes ese porcentaje mínimo de descerebrados que se amparan en el anonimato y que lo siembran todo de bulos o los que intentan sacar tajada y réditos partidistas. Tras muchos momentos de frustración por cómo el incendio ha afectado al territorio, que es algo estremecedor, afortunadamente también afloran sentimientos de esperanza y agradecimiento. Entre todos volveremos a disfrutar de estos paisajes emblemáticos. Afortunadamente sólo ha atacado a un tercio de pinar y el resto a matorral bajo.
Desde el Cabildo de Gran Canaria y los ayuntamientos de la Isla que se han visto afectados, tenemos que hacer una valoración para cuantificar los daños que se han producido. No les quepa la menor duda de que estaremos muy cerca de los vecinos que han perdidos sus hogares, sus tierras y sus animales. No descartamos solicitar la declaración de Zona Catastrófica para recabar ayudas, para atender los daños públicos y privados. Ya están trabajando muchos voluntarios para recuperar a los animales que se alejaron de sus casas huyendo del fuego (muchas gracias al Colegio de Veterinarios con sus más de 6o colegiados altruistas y al Centro de Hípica de San Mateo, entre otros). Estamos trabajando igualmente, con nuestros extraordinarios expertos y la Guardia Civil, en la investigación de la causa del incendio.
Los municipios más castigados por el fuego han sido San Mateo y Tejeda, junto a San Bartolomé de Tirajana, Santa Lucía, Agüimes, Ingenio, Valleseco y Telde. Toda nuestra solidaridad con los vecinos y el compromiso de que el Cabildo de Gran Canaria va a trabajar sin descanso para la recuperación de esta zona, decisiva en la vida de Gran Canaria.
Aunque hemos visto como una parte considerable de nuestro territorio se ha calcinado, hoy más que nunca es hora de levantar el vuelo y hacer frente a las adversidades. Gran Canaria se caracteriza por poseer una masa forestal que reúne importantes valores ambientales. Disponemos de una riqueza verde significativa. Los pinares representan el gran pulmón de la isla. El reto que nos habíamos marcado desde el equipo de gobierno en la iniciativa del Fondo Verde Forestal, con el objetivo de duplicar los bosques grancanarios se hace hoy más necesario que nunca. No me cansaré de decir que nuestros bosques no son un lujo sino una necesidad. Por eso ahora tiene más sentido que nunca reafirmarnos en que trabajaremos sin descanso para recuperar lo que nos identifica.
Estoy seguro de que juntos, en muy poco tiempo y con las fuerzas y el compromiso expresado estos días nos volveremos a sentir orgullosos del paisaje de esta zona de Gran Canaria.
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