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28 de junio. La fecha de nuestro orgullo

Ángel Víctor Torres

28 de junio de 2015. Hoy se conmemora el décimo aniversario de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en nuestro país. Una década. 

El 30 de junio de 2005 España dio un paso hacia la libertad, al aprobarse definitivamente en el Congreso la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo: este domingo 28 de Junio lo celebramos. 

Al igual que ocurrió cuando otro paso nos mostró la existencia real para el ser humano, y física, de la luna, en España, hace diez años, una modificación legislativa, impulsada y promovida por el PSOE, entregaba a la sociedad de nuestro país, dentro de la ley, la luna del amor, la luna de la verdadera igualad entre personas ante los derechos obtenidos por el matrimonio. 

Mirándola fijamente y agarrados de la mano, manos del mismo sexo, la luna, el símbolo romántico por excelencia, ya era de todas y todos. Por fin. 

En aquella fecha, junio de 2005, quiso el entonces destino que yo fuese alcalde de Arucas. Los alcaldes, y concejales en quienes estos delegan, tienen atribuida la posibilidad de oficiar matrimonios civiles. En aquel momento, y ahí están las hemerotecas, ante un sondeo entre los máximos regidores municipales de Gran Canaria, dije con entusiasmo - y así se reflejó - que estaba deseando ser el primero en participar de la felicidad de un matrimonio entre personas del mismo sexo. Decía entonces que asistíamos a un acontecimiento histórico, único, y quizá tardío, pero en cualquier caso absolutamente necesario: dar a todas las personas los mismos derechos si deseaban estar casados. 

Dio igual quién fue finalmente el primer edil en oficiar un matrimonio homosexual: yo recuerdo de manera imborrable, con sus nombres masculinos (fue el caso), aquel acontecimiento, y recuerdo la alegría de todos los presentes por repararse una absoluta injusticia. 

Ese día, por fin, una sociedad libre, como la española, dejaba de dar la espalda a quienes sienten en libertad, sin esconderse, sin ser señalados por mentes verdaderamente enfermas; a quienes por fin se les reconocía lo que nunca debió de ser un privilegio: amar con todas sus consecuencias y bondades a quien uno y una verdaderamente ama. 

Recuerdo, y lo recuerdo con nitidez, que en una de esas bodas que oficié, un hombre  (comunicador radiofónico y televisivo reconocido), ya casado con el hombre, también, a quien quería, y quiere, acababa clamando: “ Ya no somos sin papeles”. 

Qué razón tenía. 

No lo olvidemos, pues la rancia derecha en este país, y también los fundamentalismos en otros, han pretendido derogar la ley que nos iguala; la han querido impedir o la impiden en países donde aún se persigue y mata a quienes simplemente quieren ser felices y mostrarlo: una vergüenza para la condición humana. 

Por eso estamos ante una fecha de reivindicación: queda mucho por hacer. La lucha por la igualdad en nuestra sociedad sigue en pie. 

Y acabo dando la enhorabuena. Enhorabuena a todos los hombres y mujeres libres; a todos los hombres y mujeres que entienden que amar es un gozo sin ataduras. 

Aquel junio de 2005 es una cita única, multicolor, grabada también en rojo. Hoy, diez años después, recordamos a tantos y tantas que entregaron lo mejor de sus vidas para conseguir este logro, como nuestro inolvidable Pedro Zerolo. Una fecha para sentirnos felices. 

Para sentir orgullo: gracias por una ley absolutamente imprescindible.

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