Hay que mejorar

En entrevista publicada por el periódico El País al líder del PSOE el domingo 3 de agosto, contesta entre otras cuestiones, la pregunta, “si gana las elecciones, ¿mantendrá como primera medida derogar la reforma laboral?”, respuesta: “claramente, Rajoy dice que estamos creando empleo, pero olvida que durante estos dos últimos años y medio se han destruido un millón de puestos de trabajo. La población ocupada está en cifras menores que al principio de la legislatura y eso lo vende como un éxito. El principal mal que tiene nuestro mercado de trabajo es la dualidad entre contratos fijos y temporales”. Acertó en la contestación el señor Pedro Sánchez, respuesta correcta, pero además acierta de pleno, “bingo”, al señalar que el mayor mal del mercado de trabajo es la sustitución del trabajo fijo por el trabajo en el mejor de los casos de mil euros al mes. Ello tiene un efecto demoledor en el sistema económico del país. Primero, para el propio trabajador sin capacidad de compra (solo para lo indispensable), sin capacidad de ahorro, obligándose a endeudarse si desea mejorar su calidad de vida y la de su familia, castrándose con el paso del tiempo a la clase media (cada vez más empobrecida), sin posibilidad de adquirir un mínimo ahorro patrimonial al llegar a la vejez (de que le valdrán medidas de reforma fiscal, de exonerar las plusvalías patrimoniales a los mayores de 65 si se invierten en la constitución de rentas vitalicias que completen la pensión, con el límite de 240.000€), etcétera.

Pero en segundo lugar, hay efectos colaterales, la financiación al fondo de pensiones disminuirá con el aumento del empleo en precario. Habrá con el paso del tiempo, una cotización menor a ese fondo y una disminución del mismo. Aumentará el número de jubilados en relación con el colectivo de ocupados. Nos aseguran que las pensiones subirán, pero no nos dicen que los precios de bienes y servicios subirán más (agua, electricidad, combustibles, alimentos, trasportes, etcétera) y el poder adquisitivo del pensionista bajará, bajará y bajará. Lo peor que se entiende es una verdad a medias. Esa es la peor de las mentiras.

Aconsejaría profesionalmente a los jubilados de más de 65 años que sí disponen de una segunda vivienda no la vendan si pueden hacerlo. Si la tienen alquilada siempre recibirán una buena renta que tributa una cuantía muy baja en el impuesto de la renta de personas físicas (IRPF) debido a las importantes deducciones que afectan a los inmuebles. Pero si las venden, tendrán la competencia de la Banca vendedora de pisos a precios irrisorios, mal venderán su pequeño patrimonio, tendrán que tributar por esas rentas vitalicias en IRPF y le están arreglando un problema al Gobierno con la venta del patrimonio propio para mejorar una pensión. Esa no es la solución querido amigo, pidamos que se moje el Gobierno, creando empleo fijo con una adecuada retribución salarial, que se moje el Gobierno aumentando las ayudas a las familias para que tengan un aumento de hijos. Que busquen instrumentos de política fiscal que incremente el fondo de pensiones no exclusivamente con las aportaciones de la población ocupada, como por ejemplo: no amnistiando a las grandes fortunas (inspeccionándolas), no exonerando gran parte de los beneficios de las grandes sociedades (obligándolas a tributar lo que le corresponda), obligando a los corruptos a que devuelvan la totalidad del dinero de los chanchullos, etcétera. Se crearía unan gran bolsa recaudatoria y una parte importante podría destinarse a ese fondo de pensiones.

El domingo tres de agosto el periódico El Mundo, afirma en titulares que “Interior estima en 1.800 millones de euros la fortuna de la familia Pujol”. Señalando ese periódico en páginas interiores: “la Policía recalca que en Andorra el volumen propio de la familia Pujol en ningún caso sería inferior a 500 millones y establece que aparecen vínculos indirectos del clan con unos 1.500-1.800 millones de euros, de los que se desconoce todavía el nivel porcentual que tendrían”. El expresidente catalán tiene siete hijos de los cuales presuntamente se encuentran en el ojo de la policía, según varios periódicos y entre ellos el diario “El Mundo” comenta en días pasados: El más pequeño Oleguer, con cuarenta años, empresario dedicado al negocio inmobiliario. Se señala por los medios de comunicación que dispone de 137 millones de € en cuentas en Suiza y que de su grupo empresarial dependen quince sociedades. Se continúa diciendo por El Mundo y firmada la información por dos periodistas de prestigio, según investigación policial, el señor Oleguer, compra tres sedes de Prisa (dos en Madrid y una en Barcelona), así como, 1150 sucursales del Banco Santander y un centenar de Bankia. La forma de compra es mediante créditos bancarios que son pagados presuntamente con dinero procedente de cuentas opacas. Esto es un botón de muestra que está de actualidad.

Esos dineros y otros muchos, una vez demostrado judicialmente que su procedencia es ilícita, deberían ser utilizados en planes estratégicos de medidas urgentes: financiación del fondo de pensiones, subvención de contratos de trabajo a desempleados, mejora de la financiación de la sanidad pública, mejora a la financiación de becas a estudiantes universitarios, etcétera, etcétera. El estado de cosas se pude mejorar pero hay que tener voluntad política, una actitud de mojarse y si es necesario encharcarse.