Los patronatos de los parques nacionales

El pasado martes 21 el Boletín Oficial de Canarias publicaba en su sección de nombramientos, situaciones e incidencias la Orden de 2 de septiembre de 2014 por las que resuelve el cese y nombramientos de los presidentes de los Patronatos de los Parques Nacionales de Canarias. La Orden está firmada por el consejero de Educación, Universidades y Sostenibilidad, José Miguel Pérez y actual vicepresidente del Gobierno Canario. El decreto que regula la composición de los Patronatos establece que serán los presidentes de los cabildos respectivos los que ejerzan la presidencia o persona de reconocido prestigio en materia de medio ambiente. Cesan a los presidentes de los parques de Timanfaya, Garajonay y Taburiente y son sustituidos por los presidentes de los cabildos insulares respectivos. Hasta ese momento el único presidente de cabildo era Ricardo Melchior, pero cuando renunció al cargo en la institución insular siguió en la presidencia del Patronato. Ahora, a propuesta de su sucesor al frente de la institución insular, ha sido confirmado al frente del Patronato por su “reconocido prestigio en materia de medio ambiente”. Pero los hechos no avalan la afirmación con la que justifican su nombramiento. Su caso contrasta con el del anterior presidente, el doctor Wolfredo Wildpret, primer presidente de ATAN, cuyo prestigio sí que es de reconocimiento universal, nadie puede poner en cuestión sus méritos para un cargo de este tipo.

Durante su etapa con dirigente del cabildo, primero como vice-presidente y luego como presidente, Ricardo Melchior no se caracterizó por poner en primer lugar la conservación, por el contrario el cabildo ha sido el principal promotor de los atentados que se han hecho o se han querido hacer en el Parque Nacional del Teide. Es uno de los promotores del puerto de Granadilla, partidario del gas como combustible básico para Canarias. Ha sido el impulsor de una red ferroviaria en la isla, lo que supondrían un enorme desastre ambiental, un despilfarro del dinero público y la peor solución al problema de la movilidad insular. Es, además, un alto dirigente de un partido, Coalición Canaria, cuya trayectoria en sus muchos años de gobierno, tanto en el Cabildo como en el gobierno autonómico, ha sido un desastre para el patrimonio natural de las islas y para la ordenación de su territorio. El cabildo de Tenerife propuso, pues así lo contemplaba en Plan de Ordenación Territorial (PIOT), la construcción de un Complejo de Servicios del Teide en la zona del Portillo y en lugar cercano a las actuales edificaciones. Afortunadamente, la disparatada propuesta fue rechazada por el Patronato por ser contraria al espíritu y a la letra del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide (PRUG). Fue el cabildo el que propuso financiar la construcción de un hotel de cinco estrellas en Las Cañadas y rechazado por el Patronato, que también se opuso a la celebración de una etapa del Camel Trophy propuesta por el entonces responsable del de Medio Ambiente del Cabildo. A pesar de estar contemplado desde el año 1986 cuando se aprobó el primer PRUG la erradicación de los muflones por el grave impacto que producen en la flora, el cabildo no solo no colaboró para conseguirlo, sino que propuso en 1993 “renovar la sangre” y mantener la caza, algo prohibido en los parques nacionales. Por ese motivo estos herbívoros siguen causando destrozos en la flora endémica del parque. Su partido, en concreto el entonces consejero de Turismo, Miguel Zerolo, propuso utilizar el parque para la celebración de grandes concierto en Las Cañadas con el único argumento de la publicidad que suponía para la isla. ¿De dónde viene entonces su reconocido prestigio? Desde luego no de los hechos derivados de su actividad política que no se caracteriza precisamente por la coherencia ni por propiciar una política respetuoso con nuestro medio ambiente.

La justificación utilizada para mantenerlo al frente del Patronato se convierte en este caso en un fraude de ley, pues esta norma no debería servir para premiar a políticos parcialmente jubilados. Mientras ATAN estuvo como representante de los grupos ecologistas en el Patronato del P. N. del Teide, teníamos información directa de las deliberaciones y decisiones de este órgano colegiado, informaciones que trasmitíamos a la ciudadanía a través de nuestra página web y de numeras colaboraciones en los medios de comunicación. Desgraciadamente esta política de transparencia y de difusión ha sido sustituida por la opacidad. Ya nadie informa a los ciudadanos ni a las asociaciones de lo que ocurre en el Patronato, de los problemas y los cambios que se están experimentando en la gestión de los parques nacionales en general y de los canarios en particular. El oscurantismo de los miembros del patronato son un obstáculo insalvable para que los ciudadanos, y grupos conservacionistas como ATAN, puedan opinar y colaborar en la consecución de los objetivos fundamentales de la declaración de un territorio como Parque Nacional: la conservación de su gea, fauna y flora. Este nombramiento demuestra como los partidos gobernantes priorizan sus intereses, el de sus dirigentes, por encima el de la participación y la transparencia. El fraudulento nombramiento de Ricardo Melchior es la prueba de como los partidos acaparan los puestos para evitar que personas independientes, y con un prestigio realmente reconocido, presidan los organismos creados para la participación de los distintos sectores sociales en la conservación y gestión de los territorios merecedores de ser declarados Parques Nacionales.