Espacio de opinión de Canarias Ahora
El procedimiento
Desde hace tiempo me acompaña un recorte de papel de una oferta de empleo, aparecida en un periódico de tirada local, que dice así: “¡¡Seleccionamos tarotistas!! Conocimientos en tarot o sin ellos. Trabajo seguro”. Ante esta expectativa de empleo, podríamos generar, incluso, un negocio, al que se le pondría el nombre comercial de “Futuro Incierto, S.L.” Nos podríamos ataviar con una túnica y algún animal que nos sirva de atrezo. Lo de la bola de cristal, mejor valorarlo porque, siendo divertida, hay temor que salga rodando, se caiga y llene el suelo de pequeños cristales. ¿Y todo esto para qué? Para predecir el futuro. Pero como predecirlo es imposible, porque no disponemos de absolutamente todas las variables, hay que limitarse a establecer diferentes escenarios de ocurrencia.
Pero generar escenarios no se hace de cualquier manera, sino a través de un procedimiento. Porque para todo hay que tener uno, un ritual, si se quiere. Desde lanzar un tiro libre en baloncesto a preparar el desayuno. De confeccionar un documento ejecutivo sobre una iniciativa legislativa hasta ponerse unos calcetines. De lo contrario, si no se siguen unas básicas pautas de primero, segundo y tercero, corremos el riesgo que nunca se obtenga el resultado deseado. ¿Y cómo encontrarlo? A través de la investigación, el contrastar información, el apostar por el mejor camino y, en definitiva, a través de la prueba y el error.
Porque el éxito no es definitivo y el fracaso tampoco es letal. Es el valor para continuar lo que cuenta. A estas reflexiones habría que añadir que cada caída cuenta como un paso más en el aprendizaje. Pero no todo el mundo se comporta así. Hay que personas que se hunden en la adversidad sin tener una pizca de resistencia y resiliencia. Ahora bien, la falta de ella no es genética. No se tiene o no se tiene. Como todo, se aprende. Y para desarrollarla, nada mejor que practicar.
La primera práctica consiste en no situarse de forma perpetua en el futuro. Es decir, no estar planteándose día y noche la pregunta “¿y si?”. En lugar de estar en una continua interrogación, mejor tener confianza en lo propio, dotando de eficacia y eficiencia a cada una de las cosas que desarrollamos. Para ello hay que rodearse de un entorno adecuado de sapiencia y estrategia, pues de lo contrario la probabilidad de éxito se empequeñece.
A partir de aquí, hay que desplegar nuestras dotes de creatividad. La mejor forma de acertar es probar una y otra vez y si haciendo lo mismo llegamos a resultados indeseables, pues cambiemos la estrategia y apostemos por hacer cosas nuevas, osadas,… porque, aunque se diga que los experimentos, mejor con gaseosa, hay situaciones de extrema gravedad en donde hay que poner la totalidad de la verdad por delante en lugar de solo medidas políticamente aceptables. Ahora bien, hay momentos en donde hay que asumir el fracaso y la decepción. Y cuando suceda ese hecho, mejor trocear la adversidad, porque puede que nos quede muy grande. Y más con el 2021 que nos tocará vivir.
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0