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Estado de la profesión 2020

21 de diciembre de 2020 09:38 h

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El impacto de la pandemia en el empleo periodístico se refleja en un dato consignado en el Informe de la Profesión Periodística 2020, elaborado y editado anualmente por la Asociación de la Prensa de Madrid: la cantidad de periodistas desempleados se elevó hasta los ocho mil seiscientos profesionales en toda España (un aumento del 29,1%), según cifras del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), registradas el pasado mes de septiembre.

Como en años anteriores, el Informe se ha apoyado fundamentalmente en una encuesta profesional contestada por mil doscientos un periodistas y otra sobre el Impacto del periodismo en la sociedad.

El desempleo ha crecido más entre los hombres, si bien las mujeres continúan representando casi dos tercios de los periodistas sin trabajo, concretamente el 62 %, según ha destacado el departamento de Comunicación de la APM.

Por comunidades autónomas, el desempleo contabilizado donde más crece con respecto a 2019 es en Baleares (un 121%), seguidas de Cantabria (un 59%), Ceuta y Melilla (36%), y Andalucía y Asturias (35 %).

O sea, que ha sido un impacto notable. Muchas empresas lo han acusado y han promovido expedientes de regulación temporal de empleo o han reajustado plantilla produciendo un considerable número de despidos en prácticamente todos los departamentos. El estudio de la APM refleja, en efecto, que el 28% de los periodistas contratados (y solo el 8 % de los comunicadores) ha sufrido un expediente de la modalidad consignada con anterioridad, en tanto que el 30% de ellos (un 41% en el caso de los comunicadores) percibió de su empresa un complemento salarial. En cuanto a los profesionales que trabajan como autónomos, en torno a un 60% ha experimentado una disminución en los encargos recibidos de medios y empresas.

Condiciones de trabajo y presiones

El Informe dedica un apartado a las condiciones de trabajo y al capítulo de retribuciones. En el primero, destaca el crecimiento del número de periodistas y comunicadores que trabajó por encima del límite de las cuarenta horas semanales respecto a 2019. En concreto, se han registrado aumentos cercanos al 60%, lo cual trae causa de limitar los horarios laborales con el teletrabajo, según respondieron mayoritariamente los encuestados.

En el segundo apartado, el del régimen retributivo, el informe plasma jun sensible deterioro en el caso de los periodistas, pero una mejora si se distingue a los comunicadores. El director del equipo que elaboró la encuesta de la APM, coordinado por Luis Palacio, manifestó sobre este particular que “la situación de los autónomos es sensiblemente peor a la de los contratados”. La conclusión es clara: el principal problema profesional es la mala retribución, si bien este año, marcado por la prolongación de la pandemia, hay otros problemas que también sobresalen como el paro y la precariedad, la falta de independencia de los medios y la carencia de rigor y neutralidad en el ejercicio profesional. 

Empeoran las cifras relativas a la caída de la independencia en el ejercicio profesional y la confianza de la ciudadanía. Cuando se les pregunta a los periodistas por las causas determinantes,  la mayoría señala los problemas a los que se enfrentan en su día a día: intereses económicos y políticos de los grupos de medios, falta de rigor de la información, falta de independencia, así como las redes sociales y la desinformación. 

Las presiones que reciben los profesionales día a día son objeto de una pregunta en esta investigación. Causas negativas y malos registros: se ha reducido el número de periodistas contratados que nunca han recibido presiones en su trabajo. El 56% de quienes se sienten presionados manifestó que estas presiones provienen de los propios directivos del medio en el que trabajan, y que las motivaciones de las presiones respondían a intereses de la propia empresa. En cuanto a los comunicadores, el volumen de los que reconoce ejercer presiones se mantiene en torno al 40 %. En relación con el tipo de presiones, figuran «insistir para que se modifiquen informaciones, aunque no son extrañas medidas como las amenazas de retirar campañas de publicidad o el ofrecer informaciones exclusivas a cambio de que no se publique», explicó Luis Palacio. 

Problemas de desigualdad 

Un año más, el Informe refleja el escaso porcentaje de mujeres que ocupa puestos directivos, cuando en las redacciones los porcentajes entre mujeres y hombres son similares, independientemente del tipo de medio.  

«La brecha se va abriendo a medida que se consideran de mayor responsabilidad, dando como resultado un predominio de los hombres», señala el trabajo que comentamos. Sin embargo, no sucede lo mismo en el ámbito de la comunicación, donde existe un mayor porcentaje de mujeres en puestos directivos, concretamente, un 58% de quienes declaran ser directivos son mujeres. 

También es llamativo el número de periodistas autónomos que trabaja como falsos autónomos, es decir, «integrados en la estructura de una empresa que, en realidad, debería tenerles contratados», explicó Palacio. Este año, según la encuesta, representan «un 14%, al que cabría añadir una parte del 18% que solo trabaja para un medio», informó.  

Cobertura informativa de la COVID-19 

De la investigación se desprende que la pandemia ha trastocado profundamente la profesión y la industria en la que trabajamos. Por un lado, impuso el teletrabajo para una gran mayoría de los profesionales. Así lo afirmó el 84 % de los periodistas -el 93% en el caso de quienes se dedican a la comunicación empresarial o institucional. 

Al respecto, el presidente de la APM, Juan Caño, señaló que «el teletrabajo periodístico beneficia a las empresas periodísticas y a algunos periodistas, pero perjudica al periodismo, que pierde frescura y el olor a calle». También supuso que una mayoría de los profesionales tuviese que informar sobre la pandemia. Según la encuesta, el 78% de los periodistas contratados la cubrió informativamente. Además, muchos de estos profesionales, concretamente el 80 %, afirma haber tenido que informar sobre temas relacionados con la pandemia sin contar con conocimientos específicos suficientes para hacerlo. 

Otros porcentajes significativos que se desprenden del estudio de este año son las referidas a la calidad de la información sobre la crisis sanitaria. El 77% de los periodistas considera que la calidad de la información de este tipo es algo deficiente o muy deficiente. Y, consecuentemente con ello, «un porcentaje parecido reconoce que actualmente se necesita mayor especialización para trabajar como periodista», señaló Luis Palacio. 

En cuanto a la población española, el 43% de ciudadanos piensa que la cobertura de la COVID-19 está siendo excesiva. Sin embargo, los periodistas están divididos: un 37 % considera que ha sido buena, frente al 36% que cree que ha sido mala. Para Luis Palacio, la abundancia informativa ha provocado «hartazgo en la población», debido a que a diario «se sigue haciendo una cobertura muy centrada en los datos». 

En la confección del Informe, finalmente, colaboraron la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), el Sindicat de Periodistes de Catalunya (SPC), las secciones de periodistas de la Unión General de Trabajadores (UGT) y de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y la Asociación Nacional de Informadores Gráficos de Prensa y TV (ANIGP-TV).

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