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Espacio de opinión de Canarias Ahora

Estimado Pedro Sánchez

Luciano Armas

Las Palmas de Gran Canaria —

“La corrupción es el principal problema de la sociedad española, porque es un elemento que frena el desarrollo de la economía”

Francisco González. Presidente del BBVA

La frase anterior no es la de un tertuliano charlatán. Es la palabra serena y dolida del presidente del segundo de los bancos españoles, y número treinta del mundo. Y si alguien que se pronuncia siempre desde la prudencia y la serenidad lo dice tan claro y tan alto, mucho conocimiento de causa y motivos debe tener. Digo yo.

Pero no es el único que ha hablado tan alto y claro sobre este asunto. El Fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce, que te recuerdo fue nombrado por el PP, manifestaba que “la progresiva invasión de asesores y políticos con largos tentáculos en la administración pública están haciendo un daño irreparable”, y añadía en una comparecencia parlamentaria el pasado mes de abril que existía la percepción de que la justicia no trata igual a los poderosos que al resto, se quejaba de la precariedad de medios materiales y humanos de la administración de Justicia que provocaba prescripciones que conducen al archivo de responsabilidades, absoluciones inesperadas y de condenas que no llevan aparejadas la devolución del dinero público sustraído. Pero como si lloviera.

En todas las encuestas de opinión se refleja la preocupación ciudadana por la lacra de la corrupción y la ineficacia de los gobiernos para combatirla, que además, sumisos a los dictados de “los mercados”, están provocando el empobrecimiento, la miseria y la angustia en amplios sectores de la población, mientras una minoría de poderosos se enriquecen impúdicamente y los paraísos fiscales están rebosantes de millones de dudoso origen y exentos de impuestos.

La corrupción es un verdadero cáncer que corroe la confianza del ciudadano en las instituciones y en sus gobernantes, detrae recursos públicos para lucros privados, distorsiona la economía y provoca pérdida de confianza por parte de los inversores internacionales.

Creo serás consciente de que existe una percepción mayoritaria entre los ciudadanos de que la culpa no es de este partido o del otro, sino del sistema. De que este viejo andamiaje constitucional construido en una transición de emergencia, ya no puede sobrevivir con parches y lavados de cara a la galería como esa Ley de Transparencia 19/2013. De que este desacreditado gobierno rodeado de corrupción por todas partes, amparado en su mayoría absoluta, legisla para recortar derechos y libertades, favorecer a una minoría y tratar de perpetuarse en el poder.

Y en eso llegaste tú.

Y en la primera entrevista que te hacen después de ser elegido democráticamente Secretario General del PSOE, a la pregunta del periodista sobre tres medidas prioritarias, le contestas: derogar la reforma laboral, poner en marcha un reforma fiscal y captación de talento emigrado. ¿Eso es todo? ¿Y de corrupción no se habla?

¿Sabes que ha contribuido al éxito de Podemos? Pues que han hecho un diagnóstico bastante acertado de la situación del país y de los verdaderos problemas. No sé si llegaran a gobernar un día. Y en caso de que lleguen, no sé si podrían hacer una buena labor de gobierno. Tengo mis dudas. Pero no cabe duda de que han señalado con bastante acierto donde está el origen de los males que padecemos, que coincide con la percepción de un número creciente de españoles.

Y eso que los de Podemos están sometidos por toda la maquinaría del régimen a una infame campaña de descalificaciones: que si ganan tanto o cuanto en el Parlamento Europeo; que si han recibido dinero de Irán o de Cuba; que si han apoyado a ETA; que si han tenido connivencias con el chavismo, cuando aquí en este país, si alguien está imitando a Chávez es precisamente María Dolores de Cospedal, que en una legislatura ha cambiado dos veces la Ley Electoral de Castilla la Mancha tratando de garantizarse una reelección el próximo mayo.

Y mientras son condenados los otrora ciudadanos ejemplares como Carlos Fabra, Jaume Matas, José Luis Baltar y tantos otros; mientras son imputados tres ex-tesoreros del PP y setenta y cuatro políticos o familiares del PP en el caso Gürtel, en el que el único condenado hasta ahora ha sido el juez que inició la instrucción; y mientras pasan de cien los imputados en la Comunidad Valenciana acusados de delitos como prevaricación, cohecho, tráfico de influencias, malversación, falsedad documental, fraude fiscal, blanqueo de capitales y apropiación indebida, vinculados al Partido Popular, mientras todo esto ocurre decía, el presidente del Gobierno se muestra tan triunfalista como lo hacía Fidel Castro con la zafra de la caña o Stalin con los planes quinquenales, al tiempo que cientos de miles de represaliados morían en Siberia. El discurso por un lado, y la realidad por otro. Y aquí no pasa nada. Pero si tienen que hablar, sacamos unos papeles que llevaban más de veinte años metidos en un cajón, y que se entretengan hablando de Pujol. ¡Qué oportuno!

Debes entender, Pedro, que quién debiendo hacerlo no denuncia y ataca con contundencia la lacra de la corrupción, se convierte en cómplice de la misma. No te quepa duda. No es que no tenga importancia la reforma laboral. ¡Claro que sí! Pero ese no es el origen del problema, sino la consecuencia de unas políticas, en las que el muchos ciudadanos perciben que el PSOE ha sido sujeto pasivo y demasiado tolerante, cuando no cómplice de esa situación, lastrado también por casos como los ERE de Andalucía y otros muchos que podríamos enumerar.

Por eso resulta incomprensible que no hayas dicho una palabra sobre la corrupción, a pesar de entrevistarte con un presidente que envía mensajes de apoyo y solidaridad a un presunto delincuente, del que presuntamente ha sido cómplice.

Creo, Pedro, que el hecho de que el PSOE tenga 135 años de historia no es ninguna garantía de supervivencia. Me parece que ya es demasiado tarde para resolverlo con nuevas caras y obsolescencia programada para que todo siga igual, con el “aparato”, los barones y la baronesa marcando el paso. Aquí ya no vale con que tú sustituyas a Rubalcaba, y Gustavo Matos sustituya a José Miguel Pérez, por poner un ejemplo. Convendría hablar quizá, además de corrupción, de reforma electoral, listar abiertas, revocación de mandatos...

Si el PSOE quiere sobrevivir, creo que tendría que impulsar una profunda regeneración democrática y ética comenzando por el propio partido y abanderando esa transformación del andamiaje constitucional que posibilite la independencia de la justicia, la transparencia de las instituciones, la solidaridad y atención a los más desfavorecidos, la participación ciudadana, la libertad, y la lucha sin cuartel contra todo tipo de corrupción y de impunidad.

Si el PSOE no lo hace, es posible que Podemos le “robe la cartera de clientes-votantes” y termine como el partido socialista de Italia o de Grecia: es decir, en la nada.

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