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Silverio

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En su natural sencillez y característica humildad, Silverio Matos se habrá quedado muy sorprendido por el masivo reconocimiento a su labor y a su persona tras el anuncio de su renuncia a la Alcaldía por razones de salud. Personas de diferentes formaciones políticas y profesionales de los medios de comunicación han expresado públicamente su afecto a la persona que ha dirigido la corporación municipal de Santa Lucía los últimos trece años; y han valorado su gestión, junto a su cercanía a los ciudadanos y ciudadanas, sus valores éticos y su sensibilidad social.

No es fácil suscitar semejantes apoyos y menos en un mundo donde están demasiado presentes la mezquindad y el sectarismo. Y su respuesta ha estado a la altura: lejos de personalizar, de apuntarse méritos, por justos que fueran, sus palabras de despedida han sido una reivindicación nítida de la actividad política como elemento esencial en la transformación de las sociedades.

Y ello entronca, sin duda, con su experiencia vital y con la de su municipio. Santa Lucía era al comienzo de la transición democrática, a finales de los setenta del pasado siglo, un territorio de enorme pobreza, de duras condiciones de vida, de extendido analfabetismo y carente por completo de las condiciones mínimas para vivir dignamente.

En ese momento, un grupo de jóvenes, de origen muy humilde, con acreditada experiencia en movimientos sociales, especialmente el vecinal y el sindical, decidió unir fuerzas y dar el paso de implicarse activamente en la vida política e institucional concurriendo a las primeras elecciones locales democráticas, en la primavera de 1979.

Bajo las siglas de Asamblea de Vecinos lograron más del 56% de los votos y situaron al frente del consistorio a Carmelo Ramírez, en ese momento el alcalde más joven de España.

Transformación

Empezaría entonces una profunda transformación en todos los ámbitos. Democrática, superando la lacra de un caciquismo de siglos y estimulando la participación activa de la ciudadanía. Económica y social, abordando desde las infraestructuras básicas hasta las dotaciones educativas, culturales y deportivas.

Un trabajo que continuó Camilo Sánchez, desde 1995 hasta su prematura muerte en el año 2000, y que permitió a Santa Lucía colocarse en los lugares de cabeza de Canarias en calidad de vida. Unos avances que han merecido reconocimiento dentro y fuera del Archipiélago, pero sobre todo que han contado con la valoración de los principales afectados: los ciudadanos y ciudadanas de Santa Lucía, el tercer municipio en población de Gran Canaria.

Silverio Matos formó parte de ese equipo de gobierno municipal desde los comicios locales de 1987. Y su tarea, entonces como concejal, tiene mucho que ver con la puesta en marcha y desarrollo de los servicios sociales en el municipio, de los más avanzados de Canarias.

Labor que ha continuado al frente de la Alcaldía con las señas de identidad que los equipos de gobierno han dado a este Ayuntamiento del sureste de Gran Canaria, y que constituyen la esencia del pensamiento político de Nueva Canarias: compromiso con la sanidad y la educación -más allá incluso de las responsabilidades estrictas de ámbito municipal-, implicación con el medio ambiente y la sostenibilidad, apoyo al desarrollo comercial y la emprendeduría, impulso de la cultura y del deporte para todos y equidad, mediante una ejemplar política social o de vivienda, así como solidaridad internacional apostando firmemente por la cooperación al desarrollo y por los derechos de los países empobrecidos del planeta.

Poniendo en marcha, asimismo, el Plan Estratégico Santa Lucía 2020, un plan de dinamización que incluye un conjunto de actuaciones para la mejora económica, del empleo y de la calidad de vida.

Razones de salud, que le impedían su dedicación plena a la intensa actividad del Ayuntamiento, han obligado a Silverio a renunciar a la Alcaldía, aunque en su despedida ha dejado claro que continuará participando en la política.

Desde Nueva Canarias le expresamos nuestros deseos de una pronta recuperación, nuestro reconocimiento por la gran tarea realizada y nuestro enorme afecto; estamos convencidos, además, de que va a continuar siendo un referente y que va a aseguir aportando en NC sus conocimientos y su forma de entender la política.

Dunia González

Ahora asume esa máxima responsabilidad municipal Dunia González, que representa a otra generación, y que cuenta con formación y experiencia para continuar con plenas garantías la labor desarrollada, imprimiéndole, como corresponde, su personalidad, su propio estilo.

Será la primera mujer que llegue a la Alcaldía en el municipio, y lo hace con la ventaja de conocer perfectamente el funcionamiento de la corporación, donde ha sido concejala en los dos últimos mandatos, ejerciendo desde junio de 2011 como primer teniente de alcalde; y de contar con un equipo consolidado y con un programa, volcado en el interés general de los habitantes de Santa Lucía, que fue apoyado mayoritariamente por la ciudadanía en las elecciones de 2011.

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