El supervisor de nubes

La libertad nos hace libres, ¿pero verdaderos?? La verdad es una circunstancia psíquica individual que tiene que ver con la ética y la moral de cada uno, mas no con la libertad?

Rajoy seguro que si gana -y en esta temática- no dará tanto juego. Si no, que se lo pregunten a Gustavo Bueno y al análisis del relativismo presidencial que este destacado filósofo de izquierdas ha sistematizado. Nosotros no le vamos a contradecir? Faltaría más?

Las nubes pueden ser gemelas? También ciertas torres lo fueron, torres que ya no están, torres que cayeron víctimas de la sinrazón?

El sembrador de nubes?

Desde luego, el asesor debería afinar un poco más si quisiera evitar las críticas presidenciales... Porque? ¿Qué más podríamos añadir ante su elección?

Pues que mientras Paulino Rivero nos “sorprendía” en nuestras islas en Gran Canaria, hablándonos de una modernización, de unas reformas que nunca llegan para acabar con un paro que sigue en números prohibitivos, con un polo rojo -eso sí, de marca- de manga corta, hablándonos en el Consejo Político Nacional de Coalición Canaria celebrado en Gran Canaria para autentificar la unión, el reencuentro electoral con su ex, con Román Rodríguez?

¡Paulino Rivero con un polo rojo, como si fuera Hugo Chávez! Claro, que polo de marca?

Las ideologías no se cambian tan fácilmente de la noche a la mañana? Traspasadas las líneas rojas en La Palma a nivel municipal, a la par que en El Hierro a nivel cabildicio, un polo rojo no puede esconder la tensión que debe existir entre los socios del gobierno canario, y que se incrementará de aquí al electoral 20N.

Gran Canaria, Tenerife o La Palma son también, y del mismo modo, líneas rojas a nivel insular que pueden caer en cualquier momento cual fichas de dominó, cual fichas de una partida de ajedrez por el poder canario que se olvida del tercer invitado al que todas las encuestas aluden.

El CCN de Ignacio González (¿quizás al Senado como independiente del PP?) quiere pactar con el PP canario a la UPN navarra, pero se declara al mismo tiempo independentista sin romper aún con Coalición Canaria? Una Coalición Canaria quiere atraer al partido del corrupto Dimas Martín?

Es más? Los extremos antagónicos del nacionalismo canario, desde que en 2003 pasara lo que pasara, se reencuentran haciendo de lo imposible posible? Y qué curioso: mientras Coalición Canaria en Gran Canaria dice no a esa unión por mayoría pero sin fuerza vinculante, Coalición Canaria en Canarias dice sí por práctica unanimidad?

Ya se dice que el que se mueve no sale en la foto, y el nacionalismo canario se está moviendo demasiado?

Y además, ahora le toca el turno a las listas, unas listas que a veces parecen tontas?

Pedro Zerolo y Segura en el PSOE de Tenerife, lastrado por cuitas internas que nunca acaban y por primarias que no se reconocen?

En el PP de Tenerife todos esperando el sí de Tavío para que abandone sus cargos orgánicos y deje llegar “sangre nueva” al “liderazgo” liberal, aunque ninguno lo afirme de forma expresa?

En el PSOE de Gran Canaria niegan la mayor a López Aguilar. En el de La Gomera -pese a saunas de las que ya nadie se acuerda- se la conceden a Curbelo?

Y Alpidio aún no sabe en dónde tendrá que sentarse en el Parlamento tras lo en su isla acontecido?

La izquierda real más allá de la izquierda posibilista también quiere moverse, pero un sistema electoral bipartidista se encargará de cercenar los resultados que se den el 20N?

Y la abstención, el voto blanco, y el voto nulo, llegarán a los niveles entrópicos que llegarán?

Mientras, Salgado y Blanco no se ponen de acuerdo al hablar del nuevo Impuesto sobre el Patrimonio, que en Canarias afectaría a menos de 30.000 sujetos pasivos, y los números uno tienen miedo de ir de dos en el PSOE por si el sistema que electoralmente les ampara les deja fuera por un no querido efecto boomerang, cada vez más se acuerdan menos del “supervisor de nubes”.

O del “pato cojo”, si Zapatero se hubiera reencarnado en Obama como su subconsciente voluntarista le delata?

Ya lo echamos de menos? Porque el juego retórico se acaba? Por pocas más cosas?

José Carlos Gil Marín