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Rouco, la COPE y los herederos de la Inquisición

Enric Sopena / Enric Sopena

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Interesante entrevista

Ayer, Esther Esteban publicaba en El Mundo una interesante entrevista con el alcalde de la capital de España, Alberto Ruiz-Gallardón. El titular de portada resume, y bien, una información de enorme impacto: “Gallardón acusa a Rouco de impedir que denuncie a la COPE ante el Papa”. Y es que, una vez más, el cardenal de Madrid se erige en sumo pastor de la cadena de los obispos. Cuidado, debió de pensar con inquietud Rouco, que Gallardón ?que no es un político de izquierdas, sino un pata negra moderado del PP- tiene capacidad para convencer a Benedicto XVI. Y, si eso ocurriera, adiós a nuestra force de frapp [fuerza de ataque] de la Iglesia española contra el Gobierno.

Habilidad dialéctica conocida

“Lo que le pido a la Iglesia ?argumenta con brillantez Gallardón- es que asuma su responsabilidad de no hacer suyo el discurso de injuria y de odio que cada mañana se produce en ese programa de la cadena COPE. No pido que se silencie una voz, lo que le pido a la Iglesia española es que diga si esa voz es suya”. La habilidad dialéctica de Gallardón es conocida. Pero en este caso, su retórica resulta, a los efectos prácticos, innecesaria. Los máximos responsables de la jerarquía católica española niegan que “esa voz” sea “suya”. En el colmo de la hipocresía, se permiten por un lado alimentar “el discurso de injuria y de odio” y, por el otro, eludir su responsabilidad como propietarios de su cadena radiofónica.

El compadreo

El editorial de El Mundo se alinea, por supuesto, con Rouco, defiende a capa y espada a la COPE y pone a caer de un burro al alcalde de Madrid. Las vinculaciones entre los dos medios nadie las puede ignorar. Losantos y Pedro J. Ramírez ejercen el compadreo. Es decir, y de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, forman ambos parte de una “unión para ayudarse mutuamente”. De modo que el editorialista no duda en avalar la doctrina eclesiástica de cinismo respecto a los micrófonos píos. Asegura que Gallardón cuestiona a la COPE “de una forma perversa, identificando como posiciones de la Iglesia las que pertenecen exclusivamente a los locutores y colaboradores de la cadena. La Conferencia Episcopal ha reiterado que tiene sus propios portavoces y que las manifestaciones de quienes participan en los programas de la COPE representan exclusivamente a quienes las expresan”.

Cual si fuéramos estólidos

O sea, que nos quieren hacer creer ?cual si fuéramos fundamentalmente estólidos- que los contenidos de la COPE se generan de forma espontánea, según el criterio de los “locutores y colaboradores de la cadena”. Es por ello que van recordando por antena -como inocentes loritos- esa sublime tontería de “somos libres”. Esta mentira ?una más de las que se esparcen a diario y no sólo en el programa de Losantos- no se aguanta. Todos los directores de programas y de informativos son afines a la derecha radical y traspasan a menudo la frontera con la extrema derecha. Todos los tertulianos son conservadores y, por lo general, liberales esperancistas, detestan a Gallardón por centrista, atacan malévolamente a Rajoy salvo uno, denigran el Estado autonómico y agraden verbalmente a Cataluña y Euskadi. Y ningunean o critican al resto de las autonomías, incluidas algunas del PP.

El color de la caverna

Todo esto, monseñores, no es fruto de la casualidad. En la COPE se hace política de un solo color. El color de la caverna. El mismo Losantos lo narra en su libro sobre la COPE. Esta estrategia ultramontana se fraguó entre el propio Losantos y el cardenal Rouco Varela. Baste leer la página 287 del volumen citado. Dos puntos resultan sobresalientes del acuerdo de las Navidades de 2002. Textual, escrito por Losantos: “1) El pacto tácito pero férreo de la propiedad (la Conferencia Episcopal con Rouco al frente) y los directores de los grandes programas ante la ofensiva izquierdista contra el Gobierno legítimo de Aznar. 2) La conversión de la COPE en referente ideológico esencial y casi único de la derecha”.

Los calabozos de la Inquisición

Cuenta George Sand en Un invierno en Mallorca ?publicado en agosto de 1855- cómo un fraile liberal le dice a un joven mallorquín: “Estos fosos que ves no son pozos, no son siquiera tumbas; son calabozos de la Inquisición: Aquí es donde durante muchos siglos han perecido lentamente todos los hombres que (?) han osado pensar de distinta manera que la Inquisición”. En la magnífica película El Greco, recién estrenada, la Inquisición enseña sus fauces totalitarias y asesinas. ¿Nos vamos a creer, señor cardenal de Madrid, que tantos herederos de la Inquisición y del nacional-catolicismo franquista son en la COPE adalides de la libertad?

* Enric Sopena es director de El Plural * Enric Sopena es director dEl Plural Enric Sopena*

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