El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El accidente en los tanques de La Isleta
Corría el mes de febrero de 2010. Arias Cañete no era ministro, lo había dejado de ser en 2004 tras la victoria socialista, lo que le obligó a regresar a sus múltiples negocios, siempre tan compatibles con su condición de diputado, que no ha abandonado jamás. Era accionista y presidente del consejo de administración de dos compañías petrolíferas, Ducar y Petrologis Canarias (más de 325.000 euros en participaciones), dedicadas al bunkering, el abastecimiento de combustible de buques. Aquel 24 de febrero de 2010 se produjo un gravísimo accidente laboral en un tanque de Petrologis en La Isleta. Había que soldar unas fisuras, trabajo este para el que se requieren una serie de medidas muy estrictas por lo que entraña para la seguridad de los operarios y por las gravísimas consecuencias que pudieran derivarse de un incendio en unas instalaciones así, pegadas a una ciudad, como era el caso. Para esas soldaduras, que deben realizarse en la modalidad de “en frío”, la compañía de Arias Cañete contrató a una pequeña empresa teldense dedicada en soldadura “en caliente”, con lo que ya empezaba a sembrarse la negligencia. La soldadura se llevaba a cabo en la parte superior del tanque, para lo cual un operario de Petrologis y otro de la empresa de soldadura tuvieron que valerse de una grúa con cesta de Maquinarias Paco. Al pie del tanque, unos paños impregnados de productos químicos de limpieza altamente inflamables, recibían las chispas. Pronto se prendieron y el fuego subió por el tanque, sin que quedara claro si porque las paredes rezumaban combustible o porque se habían producido pérdidas que no se habían limpiado convenientemente. El fuego alcanzó a la cesta, desde la que cayó el operario de Petrologis, muriendo prácticamente en el acto. El soldador prefirió arriesgarse y bajar por el brazo de la grúa candente, provocándose unas gravísimas quemaduras que condujeron a la declaración de incapacidad laboral permanente. El asunto se judicializó y acabó con la empresa responsabilizando al trabajador fallecido, a la sazón jefe de seguridad de la compañía.
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