Acaba de participar en la Asamblea General de Naciones Unidas, donde ha tratado de convencer al mundo de que su política nuclear es sana como una lechuga ecológica. Dicho lo cual, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, tomó su avión presidencial rumbo al aeropuerto de Gran Canaria, donde hará escala este jueves. Va a ser una escala larga, probablemente por descanso de la tripulación, lo que ha dado lugar a que desde la Embajada iraní en España hayan informado a la Delegación del Gobierno en Canarias de que Ahmadineyad tiene intención de abandonar las instalaciones aeroportuarias para darse una vuelta por la isla y conocer sus rincones más atractivos. No lo atenderá Melchor Camón, consejero de Turismo del Cabildo, ni su presidente, José Miguel Bravo de Laguna, que estarán metidos en otra faena, en el Día Mundial del Turismo que a la misma hora se estará celebrando en Meloneras. Porque el súbito deseo del presidente iraní por conocer la isla coincide con la presencia de los Príncipes de Asturias, que acuden a inaugurar los fastos turísticos con ministros, secretarios de Estado, autoridades internacionales y un largo etcétera de mucho ringo y otro mucho rango. No descarten que, tras los arduos preparativos, al líder iraní le de por quedarse sobando.