Llueve sobre mojado. Los dispendios de la consejera de Turismo de Lanzarote se parecen cada día más a los de su correligionaria y paisana Rita Martín, que en su extravagante etapa como titular de la misma cartera en el Gobierno regional tiró dinero a espuertas con campañas como Los Estadios de la Felicidad, Say no to winter blues o vente conmigo a Islandia, Manolo. Martín, ahora destinada a tareas de concejala en el Ayuntamiento de Teguise, protagonizó también una cena excesiva con dinero público en el lujoso resturante Cipriani, de Londres, después de una agitada jornada de champán y ostras en la tribuna VIP del estadio Allianz Arena, donde se enterraron una parte de los 4,5 millones de euros de una campaña de publicidad que terminó siendo retirada del mercado por su absoluta inutilidad. En el Cipriani, Rita Martín se estalló la nada despreciable cantidad de 1.818 libras, que al cambio de entonces venían a ser unos 2.146 euros. La mano derecha de la consejera era, miren ustedes por dónde, la viceconsejera de Turismo, Mari Carmen Hernández Bento, que por aquellas fechas viajó con dinero público a la Semana de la Moda de Nueva York para ver la colección del modisto catalán Custo, con el que pretendía firmar un convenio promocional a través de sus camisetas. Cuatro años después, Astrid Pérez ha querido emular a sus compañeras de partido, y se ha fundido 3.000 euros en una cena de la que salieron los cinco periodistas absolutamente encantados con los nuevos ricos que malgastan los dineros públicos de los lanzaroteños con tan pasmosa desvergüenza.