La llega de Paquita Luengo a la Viceconsejería de Industria y Energía supuso para el sector de las renovables una esperanza de que por fin iban a desbloquearse los concursos eólicos y se iba a dar un impulso a las energías limpias tras años y años de palos en las ruedas. Luengo llegó a anunciar que se declararían las instalaciones eólicas de interés general, de manera que se agilizarían los trámites y podríamos empezar a hablar de verdadero interés institucional por la materia. Pero llegó Soria como elefante en cacharrería, y desde el 1 de enero de este año puso freno a esas ansias renovables que había tenido embridadas mientras tuvo mando en estas plazas ultraperiféricas. Tras ese decreto, los nuevos impuestos a las renovables, lo que ha conducido al sector empresarial a declararse directamente en la ruina. Pero como donde hay voluntad siempre parece haber una esperanza: desde Industria han dado una vuelta a las posibilidades de mantener vivo el sector mediante otras iniciativas, una de ellas, el autoconsumo.