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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Boberías que se dicen en nombre de Repsol

Juan José Cardona, alcalde de Las Palmas de Gran Canaria.

Ya estaba tardando Juan José Cardona, alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, en salir a decir pamplinas. Lo ha hecho, cómo no, para echar una mano a Repsol y a su empleado del año, José Manuel Soria, a la vista de que la cruzada para imponer las prospecciones en aguas canarias se está tropezando con más inconvenientes de los previstos. Cardona dice lo mismo que el ex secretario general del PP, Manuel Fernández, pero en vez de llamar “gilipollas” a los que se oponen al petróleo, como hizo el herreño, se ha preguntado dialécticamente cómo es posible que nos estemos planteando “renunciar a un posible desarrollo económico en esta materia [petrolera] siendo Canarias la segunda comunidad en desempleo detrás de Andalucía, con treinta y pico de paro”. Por si alguien pudiera tener la tentación de acusarle de demagogo ante tan elevada boutade, el alcalde de la mayor ciudad de Canarias añadió: “Ya está bien de hacer demagogia”, lo que nos induce a descartar que no se estaba refiriendo a él propiamente dicho, sino a lo ocurrido con el vertido de fuel que sufrieron dos playas del Sur de la isla este fin de semana. Porque, a su juicio “y estadísticamente”, hay más peligro por los vertidos de los petroleros que por un accidente de una plataforma petrolífera. (Dale, Juanjo). No fueron estas las únicas boberías que dijo Cardona respecto al petróleo porque también instó al Gobierno de Canarias a “sentarse con el Gobierno de España y exigir todo lo imaginable en materia de seguridad y también de retorno de lo que puede significar para nuestra economía esta inversión”. Vamos a intentar ser muy directos y pedagogos en esta cuestión porque hay que irse de vacaciones y no hay mucho tiempo que perder.

Los empleos

Empecemos por la parte magra de la última aportación del alcalde de Las Palmas de Gran Canaria al debate petrolífero. Agarrándose a las cifras de Eurostat, conocidas esta semana, Canarias ocupa el segundo lugar, tras Andalucía, en índice de desempleo, el cuarto si incluimos las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. A pesar de la terrible crisis y de la fracasada reforma laboral del Gobierno del PP, el mismo partido de nuestro regidor de jornada, Canarias ha logrado estos últimos años salir del último vagón de cola en cifras de paro, donde estuvo siempre relegada, precisamente coincidiendo con gobierno regionales formados por CC y el PP. Pero ese 34,1% de paro en Canarias es gravísimo, no hay duda ni excusas para no resaltarlo y batallar contra él. Pero resulta que coincide la media regional con el paro que soporta la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, de la que es responsable el alcalde de nuestro cuento de hoy. No es precisamente Cardona el más eficaz batallador público contra el desempleo, sobre todo teniendo en cuenta que nada más llegar al Ayuntamiento empezó a amortizar plazas, primero en Servicios Sociales, luego en Igualdad, luego en el Instituto Municipal de Deportes… hasta que la Justicia, como ha hecho con muchas decisiones suyas de política laboral, le obligó a readmitir a los purgados. Pero aunque le admitiéramos como eficaz generador de empleo, lo más discutible es que sostenga que las explotaciones petroleras que Soria nos tiene prometidas vayan a ser la panacea para ese 34% de desempleados. Veamos por qué.

Cifras reales

Canarias vive de la industria turística -esto no lo discute ni siquiera Juan José Cardona- que genera entre empleo directo e indirecto más de 300.000 puestos de trabajo. ¿Cuáles son las cifras del empleo que manejaría Repsol en el mejor de los casos, con toda su ensalada de cuadrículas produciendo a tutiplén? Estos son los números.

  • Repsol tiene en plantilla en todo el mundo 25.000 empleados, lo que complica enormemente que en Canarias la petrolera pueda generar muchos más empleos.
  • Si nos fiáramos de algunos titulares de prensa, sería para pensárselo: La Provincia, 7 de marzo de 2012: Repsol creará 52.000 empleos. Ha sido la cifra más alta que se ha manejado hasta ahora.
  • Javier Moro, portavoz de Repsol, rebajó la euforia a entre 3.500 o 5.000 (La Provincia, 19 de abril de 2012)
  • Antonio Brufau, presidente de Repsol, en su polémica rueda de prensa en Las Palmas de Gran Canaria, también situó en el rango de entre 3.000 y 5.000 los puestos de trabajo en el mejor de los escenarios.
  • En cualquier conversación seria, la petrolera reconoce que más del 95% del empleo que generaría es muy especializado y viene incluido en las plataformas que contrata para sus trabajos.
  • En Canarias podría crearse empleo alrededor de las industrias de reparaciones navales, logística, algo de hostelería, servicios, etcétera.

La respuesta al diputado Centella

Por si hubiera alguna duda de las mentiras que se esconden tras esa declaración sobre el empleo que a menudo agitan los dirigentes del PP, es bueno saber que ni siquiera el Gobierno de España, del que es miembro José Manuel Soria, se ha atrevido jamás a hablar de un solo empleo vinculado al negocio que Repsol quiere hacer en Canarias. En una respuesta al diputado de IU José Luis Centella, que preguntó sobre tributos a recaudar por España, tributos a recaudar por Canarias y puestos de trabajo previstos, el Gobierno de Rajoy respondió el verano pasado lo siguiente:

  • “La recaudación por impuestos especiales nunca podrá determinarse a priori ya que la misma no depende del petróleo extraído, sino de los productos que se obtengan del refino de este producto (gasolinas, gasóleos, fuelóleos, etcétera)”

Lo que significa que si Repsol, como es habitual, vende el resultado de sus explotaciones en Canarias en el mercado internacional del crudo y no se destina a refino en España ni uno solo de los barriles que extrae en sus cuadrículas-ensaladera, no habrá ni un euro para España en este apartado.

  • “La tributación”, continúa la respuesta gubernamental, “está condicionada al destino que se dé a estos productos, exportación o mercado nacional, y dentro de éste, entre destino a la Península e Islas Baleares y resto del territorio español”.

A la pregunta de “¿qué porcentaje de tal recaudación destinaría a Canarias el Gobierno?”, la respuesta fue la siguiente: “De la recaudación final que se produzca, las Islas Canarias recibirán la parte que la normativa sobre financiación establazca en la normativa reguladora de los impuestos que gravan estos productos”, es decir, fuchi, maruchi, que ya hemos visto cómo las ha gastado el Gobierno de Rajoy en materia de financiación con Canarias.

Pero lo mejor de la respuesta gubernamental al diputado Centella es el silencio absoluto a la pregunta concreta “¿cuántos puestos de trabajo estima el Gobierno que crearán solamente las prospecciones petrolíferas que llevará a cabo Repsol?” Mutis por el foro, ni una palabra, ni la menor referencia en la respuesta escrita.

Cardona cree saber más, y por eso habla de empleo. Soria sabe lo que hay y que una cosa es mentir in voce y otra bien distinta hacerlo negro sobre blanco en una respuesta parlamentaria.

Baleares, la prueba del 9

Cualquier veleidad petrolera de cualquier dirigente del Partido Popular de Canarias cae destrozada cuando se la coloca frente a lo que sus correligionarios dicen en Baleares, donde existe una abrumadora mayoría política, empresarial y ciudadana en contra de las prospecciones que Soria prevé autorizar en ese archipiélago. El planteamiento para esa oposición es exactamente el mismo que vienen manteniendo las instituciones canarias (Gobierno, cinco cabildos, Parlamento, numerosos ayuntamientos), así como los colectivos sociales adheridos a Save Canarias, es decir, el petróleo pone en peligro la riqueza natural del Archipiélago y, por lo tanto, podría perjudicar seriamente a nuestra principal industria, la turística. Y si a Cardona y a los suyos les parece poco el argumento de sus compañeros baleares, basta recordar lo que dicen las federaciones de operadores turísticos de Suecia, Alemania, Reino Unido, Suecia, Noruega, Finlandia y Estonia, países emisores de la práctica totalidad del turismo que recibimos, que han lanzado severas advertencias sobre el daño que pudiera ocasionarse a la industria con la deriva petrolera que con tanta pasión defienden Soria y sus mariachis. La única fisura que el PP balear ha tenido en su cruzada contra el petróleo ha tenido carácter puramente sectario: ha rechazado unir sus fuerzas a Canarias para no importunar a los ministros que tienen que decidir sobre sus prospecciones, ambos del PP, Soria y Cañete. Ya les llegará la factura.

Las extorsiones que quedaron en nada

Han pasado ya 72 horas y la presidenta del Partido Popular de Gran Canaria, María Australia Navarro, no ha producido un desmentido público ante su desproporcionada salida de tono de este pasado fin de semana, cuando acusó abiertamente al Gobierno de Canarias de haber amenazado a varias cofradías de pescadores con retirarles sus subvenciones si mantenían su tibieza en contra del petróleo. Al poco tiempo de emitir la señora Navarro su fogoso comunicado, el presidente de las Cofradías de Las Palmas ponía el grito en el cielo porque se hubiera filtrado (por parte del PP, evidentemente) la carta que había enviado el mes pasado al Ministerio de Agricultura quejándose de aquellas supuestas presiones. El representante de los pescadores negó rotundamente que aquellas hubieran partido del Gobierno de Canarias, lo que limitaba a un par de instituciones, mayormente cabildos, el ámbito de las amenazas. Han ido pasando los días y ya sabemos que, de haber ocurrido algo, ocurrió en Lanzarote, y no fueron exactamente presiones con amenaza de retirada de subvenciones, sino reuniones en las que una consejera del Cabildo informó a los pescadores de los males de las prospecciones. Ninguno de los presentes ha sostenido que haya habido presiones o extorsiones de ningún tipo. Pero por si hubiera alguna duda, el presunto receptor de aquellas extorsiones, el patrón mayor de la Cofradía de San Ginés, de Arrecife, al que trataron de endosarle la cuestión, emitió este miércoles un comunicado en el que asegura que “ni la Cofradía de Pescadores San Ginés como entidad, ni yo como patrón mayor, hemos recibido ningún tipo de presiones por parte del Cabildo de Lanzarote ni de ninguna otra institución pública, tanto para el tema del petróleo como para cualquier otro asunto”. Empezamos por el Gobierno, terminamos por una cofradía conejera, y nada de nada, Australia, ¿qué hacemos ahora? Si le hubiera ocurrido a un dirigente de otro partido ya estaría el PP exigiendo dimisiones y públicas peticiones de disculpas. Pero no es el caso, estos están bendecidos por la impunidad y así seguirán.

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