Cristina Tavío quiere que el próximo alcalde de La Laguna sea del PP. Está en su derecho. Y es su obligación. La debería apoyar todo el partido, que las encuestas señalan en dirección a la catástrofe por el absentismo en todos los sentidos que protagoniza el actual portavoz municipal, Pedro Suárez López de Vergara. Y la persona que Tavío eligió en su día, antes de ser desplazada de la presidencia insular del PP por Manuel Domínguez, fue Ramón Lorenzo González de Mesa y de Ponte, que hace lo que puede en medio de tanta inanidad en lo que llega su hora. Ya lo tuvo la ex presidenta a su vera cuando lo hizo concejal de Santa Cruz de Tenerife en el mandato 2033-2007, y tuvo que padecer la ventolera de Soria cuando se negó a meterlo en la lista al Parlamento en las elecciones de hace seis años. Pero Ramón Lorenzo y todos sus apellidos detrás debe haberse cansado de seguir el dictado de Cristina Tavío porque de otro modo no se entiende que haya aceptado, como abogado en ejercicio que es, la defensa del diseñador Willy Jorge, denunciado por la candidata a reina del carnaval Saida Prieto por ser el autor de la fantasía con fuego frío que provocó el accidente que casi le cuesta la vida a la muchacha. Y no porque el imputado no merezca ser defendido, ni porque el letrado no esté en su derecho de defender a quien considere, sino porque este accidente es uno de los caballos de batalla del grupo municipal del PP en Santa Cruz de Tenerife. Bien es cierto que la concejala Tavío ha disparado particularmente contra los responsables políticos de la gala de la reina, pero también que ha solicitado machaconamente una comisión de investigación que, de haberse aceptado, conllevaría muy probablemente la comparecencia del cliente del señor González de Mesa y de Ponte. Se abre, por tanto, la posibilidad de alguna que otra contradicción político judicial que colocará al PP en algún apurillo que otro. Ya veremos cómo lo despejan los actores en presencia. Por cierto, el letrado de tan rimbombantes apellidos, hijo de un ilustre abogado de la ciudad, es hermano de otro hombre de leyes, con marca comercial más reducida, Juan Mesa Ponte, que pasó a la historia de la ciudad por haber conseguido acabar con las noches de la avenida de Anaga. En representación de Tenerife contra el Ruido, que conste. Notoriedad no le falta al clan jurídico familiar.