Un fantasma recorre Canarias: el fantasma de la moda epistolar en los tiempos de las nuevas tecnologías. Las cartas amanuenses, de puño y letra, vuelven a la primera plana isleña. Y si la cosa con sobre y sello la dio por inaugurada Paulino Rivero, presidente del Gobierno canario, con sus misivas al presidente del Gobierno español y al Rey de España en plan cuaderno de quejas de los tiempos del Antiguo Régimen, la respuesta no se ha hecho esperar este fin de semana, con amplio despliegue propagandístico en los periódicos de papel de Gran Canaria, en los que José Miguel Bravo de Laguna, presidente del Cabildo de esa isla, utiliza la misma fórmula epistolar y la misma advertencia de desafecto que usara Rivero con Rajoy. La noticia la tienen en su respectiva sección, pero merece un par de apuntes de interés sobre lo que se empieza a parecer: un huevo a una castaña. De entrada, la nula originalidad del presidente de Gran Canaria al repetir la fórmula del de Canarias invita a pensar más en una perrería con muy poco gusto que en una reivindicación formal, alegando que Paulino Rivero no tiene hueco en su agenda para recibirlo. Pero más allá de la gracieta de la carta, Bravo, en su repaso de lo que considera desequilibrios interinsulares de los que Gran Canaria saldría siempre perjudicada, lo que acaba de desplegar, como colofón a su campaña propagandística Por Gran Canaria. Sí Podemos, es la que va a hacer su bandera electoral dentro o fuera de la órbita soriana del PP, y con o sin el tránsfuga de su vicepresidente insular, Juan Domíguez, para 2015: el insularismo grancanario. Y lo hace avisando a Rivero en los términos que Rivero lo hizo con Rajoy: alerta del peligro de la aparición en la isla redonda de un “insularismo insolidario” que rompe la Autonomía.