El triunfo electoral del PP tendrá sin duda profundas consecuencias en el PSOE, donde a partir de la Ejecutiva Federal de este lunes se pondrá en marcha el proceso orgánico de relevo de José Luis Rodríguez Zapatero. Rubalcaba capitaneará una parte de la nueva etapa si decide mantenerse al frente del grupo parlamentario, pero deberá apartarse para que su partido pueda adaptarse verdaderamente a los nuevos tiempos, a las exigencias de una sociedad que asume como propios muchos planteamientos del 15-M y a una urgente y demasiadas veces postergada refundación de la socialdemocracia española, la europea mediante. Más en el plano canario, las consecuencias de este tsunami popular van a ser muy variadas. En el PP, Soria habrá de asumir el éxito de Cristina Tavío en Tenerife, duplicando diputados y humillando al PSOE y a CC, aunque se anticipará a la jugada haciendo prevalecer que los éxitos de su presidenta insular se deben a su intervención de última hora cambiando al número dos. En Coalición Canaria, la refundación la han anunciado ellos mismos durante la noche electoral. Los nacionalistas tienen que volverse a encontrar con su electorado tras años de mantener el mismo discurso, el mismo victimismo, la misma voz canaria en Madrid. Ahora que no hay dinero y sí mayoría absoluta del PP, arrancar un euro en inversiones suena a quimera. ¿Y el PSC? Lo del PSC debería ser profunda catarsis, pero se quedará en puro blindaje.