No caben en sí de gozo los directivos del periódico tinerfeño El Día, con su editor, editor y timonel al frente, ante una sentencia absolutoria que les ha tocado como caída del cielo. Una juez de lo Penal de Santa Cruz de Tenerife ha absuelto a la empresa editora y a su jefe de Cultura del delito de incitación a la discriminación el odio y la violencia por un poema publicado en la sección “Versos cada día” enviado por un lector que sí ha resultado condenado a seis meses de cárcel y 360 euros de multa. Tanto el condenado como el periódico fueron denunciados en 2008 por la Fiscalía al leer las imprecaciones vertidas a partir de la afirmación de “la llegada masiva a tierras canarias de personas de origen africano”, que el Ministerio Público encuadró en el tipo de apología del genocidio, castigado en el Código Penal con penas de uno a dos años. La sentencia tiene su enjundia, no sólo por ser probablemente pionera en ese delito en España, sino porque la magistrada no considera responsable al periódico ni a sus directivos por haber divulgado las afirmaciones que sí ha considerado delictivas. La sentencia da por probado que “la excesiva carga de trabajo de ese día” provocó que “el verso, que fue seleccionado con criterios de espacio, no fuera leído en su integridad por el redactor jefe de la sección Cultura”. Y absuelve también al director, es decir, don Pepito, porque de él “no cabe esperar que revise uno por uno todos los artículos o noticias que van a divulgarse, por lógica tiene que delegar tal función en los distintos profesionales de la editorial”. Aparte de que de don Pepito no caben esperar grandes cosas más allá de sus cada vez más encendidos editoriales llamando a la subversión contra el ordenamiento constitucional, llama poderosamente la atención que al menos a la empresa editora no se le condene a la publicación por su cuenta de la sentencia como responsable directo de la difusión de unas afirmaciones xenófobas que incitan al odio y a la violencia. Nada de eso se dice, al menos, en la reseña publicada este fin de semana por el diario absuelto. Un favor inmenso que, seguramente sin pretenderlo, la señora magistrada ha hecho a una cabecera con demasiada querencia a esos bajos instintos que con preocupante frecuencia incita, ora contra los grancanarios, ora contra los españoles y ?ahora vamos comprendiendo por qué- algunas veces contra los inmigrantes.