El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
“Que les den” (Cardona abre el fuego)
Juan José Cardona se ha cansado de mantener la boca cerrada. Es el primer alto cargo del Partido Popular en Canarias que ha levantado la voz para denunciar lo que todos los demás critican a escondidas: los casos de corrupción no son aislados y la dirección nacional del partido no ha sabido actuar para erradicarla. Lo dijo este miércoles en la cadena Ser y en Televisión Española en Canarias. Por la mañana, aún reconociendo que su equipo de concejales pudo cometer errores en su mandato (2011-2015), fue la corrupción la que a su juicio le hizo pasar de 16 a 10 concejales en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Y el cabreo no se le ha pasado todavía. Al contrario, con el estallido estos días del caso Taula, en Valencia, el que fuera presidente del PP en Gran Canaria y uno de los valores electorales más potentes del partido en el archipiélago, considera que el problema se ha ido extendiendo más hasta ser de proporciones gigantescas. Y si por la mañana no pudo reprimir un “ya está bien, que les den a todos”, a mediodía su lamento fue mucho más profundo: “No puede ser que esto haya ocurrido en Valencia y que la dirección nacional no haya sido consciente”. Un torpedo en toda la línea de flotación que acompañó de un guiño a sus demás compañeros de sufrimiento por si alguno más se quiere apuntar: “A muchos dirigentes del Partido Popular nos han partido ya cara y nos la siguen partiendo por dar la cara precisamente por una formación que no ha sabido cortar la corrupción que en este caso no ha sido aislada”. Juan José Cardona no es un militante de base, ni siquiera un dirigente retirado que desde su mecedora hace balance de los años vividos peligrosamente: es un alto cargo en activo y un valor electoral fundamental para el PP en el que fuera su principal feudo en las islas, la capital grancanaria. Su puñetazo en la mesa puede interpretarse como la manifestación de un cabreo personal, pero más bien parece el comienzo de una rebelión que desembocará en un relevo en la dirección del PP en todos sus niveles. Con el estallido del penúltimo caso de corrupción en Valencia, con la imputación del PP por el disco duro de Bárcenas, por las últimas revelaciones que relatan cómo Rajoy pudo haber cogido un sobre de 4.000 euros en B, el panorama se complica. Y no sólo para gobernar. El actual presidente podría tener los días contados al frente del partido, y al relevo nacional seguirían en cascada los regionales. Cardona ya se ha posicionado.
¿CC? Al fondo, a la derecha
No andan mucho mejor las cosas en los demás partidos. Del PSOE, qué quieren que les diga: se mantiene en Canarias chapoteando en medio de un pacto con Coalición Canaria que lo ha desdibujado por completo y con una dirección regional que sólo asoma el hocico para señalar a Ferraz y un anuncio de relevo que no entusiasma precisamente a las bases. Coalición Canaria, por su parte, vive los peores momentos desde su fundación con las mismas rebeliones de siempre pero con un debilitamiento inédito. Ana Oramas insiste en que no apoyará con su voto en el Congreso de los Diputados un Gobierno del que forme parte Podemos, sin que haya logrado explicar todavía si los motivos de ese veto provienen de la baja consideración que le tiene a Pablo Iglesias, del peligro que corre el PSOE o de la esperanza de que ante una nueva convocatoria electoral la caída de Ciudadanos le permita recuperar algunos miles de votos en su circunscripción. Desde la dirección del partido han dicho que su postura contra los morados es “personal” porque el consejo político aún no ha decidido qué hacer cuando haya pleno de investidura, a lo que la diputada respondió al día siguiente sosteniéndola y no enmendándola. Genio y figura. Las posibilidades de que gobierne el PP se desvanecen con la misma fuerza que renacen las de una nueva convocatoria electoral; y si hace unas semanas era el partido de Rajoy junto a Podemos el que podría salir beneficiado de otras elecciones, el estallido de nuevos casos de corrupción podrían provocar una debacle mayor que la de diciembre. Con la consiguiente recuperación de Ciudadanos y , ¡ay!, la quiebra del sueño de Ani Oramas. Lo que parece confirmarse dentro del presunto debate que tiene abierto Coalición Canaria, es que mientras algunos reclaman un replanteamiento ideológico hacia la izquierda, los defensores de las esencias de ATI se enrocan en justo lo contrario. Mario Cabrera y los suyos tiran de manual y de resoluciones congresuales (nacionalismo progresista) y otras y otros de viejas querencias isloteñistas.
AHI se reivindica
La refundación de Coalición Canaria será un camino difícil. Refundar un partido que se fundó sobre once formaciones de distinta ideología y sobre al menos siete distintas querencias territoriales tiene esas hipotecas. Algunas voces reclaman un debate ideológico, otras insisten en la reclamación insular, en el hecho isla como núcleo político básico. Desde El Hierro ya se ha hecho oír la voz del veterano Tomás Padrón, fundador de la Agrupación Herreña Independiente (AHI), partido con 1.700 militantes y un peso electoral de sobra conocido, que en este actual Gobierno de Canarias ha obtenido un peso específico notable con la presencia de Narvay Quintero al frente de la Consejería de Agricultura. Padrón no reclama un replanteamiento ideológico sino un recordatorio de los orígenes de Coalición Canaria y una reivindicación del peso que su organización pretende acrecentar dentro de la casa madre. Tomás Padrón sabe que el problema es mucho más profundo, que tiene que ver con una preocupante falta de liderazgo y con una evidente pérdida de apoyos electorales, además de una incuestionable crisis del nacionalismo justo cuando en España hay abierto un cisma por el proceso catalán al que el nacionalismo canario se opone. Como se opone al derecho a decidir que promueve Podemos, dicho sea de paso y sin ánimo de volver sobre lo ya dicho. Pero en el fondo lo que más preocupa a las cabezas pensantes de CC es que todos esos factores –juntos o por separado- terminen desembocando en la pérdida del poder, el pegamento que a trancas y barrancas ha logrado mantener cohesionado al nacionalismo canario desde principios de los noventa.
Ruano se cabrea
En este caldo de cultivo tan poco edificante, las tiranteces que antaño se resolvían de buenas maneras se convierten en muecas de desagrado, incluso entre miembros del equipo médico habitual del actual presidente del Gobierno, Fernando Clavijo. Uno de sus más conspicuos bastones, el schamannero José Miguel Ruano, mantiene un cabreo cartaginés por que continúe en el cargo de viceconsejero de Sector Primario (o sea, de agricultura, pesca y ganadería) Abel Rodríguez. Y no es que dude de la capacidad y méritos de este alto cargo (es licenciado en Derecho, experto en Derecho Penal y mediador de seguros) sino que lo quiere ver lo más lejos posible de los ámbitos del poder tras haberse enterado (o al menos sostener) que fue él quien desde su puesto de director general de Patrimonio filtró a la prensa los lujos asiáticos que disfrutaba el mismísimo Ruano como consejero de Paulino Rivero en el edificio Ovalum, en Las Palmas de Gran Canaria. Todo por una ducha de hidromasaje que fue adquirida en la etapa del PP al frente de ese mismo departamento que en julio abandonó el hoy viceconsejero.
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