Lo que le faltaba a El Hierro era que las tres gasolineras de la isla sirvieran gasolina de 95 octanos mezclada con gasoil. Ha ocurrido desde el pasado 28 de mayor por un fallo en los sistemas automatizados de descarga de combustible de la compañía DISA en la zona portuaria correspondiente, como ha reconocido la propia compañía tras las oportunas investigaciones. Ese sistema automatizado, probablemente ideado para ahorrar en costes de personal, terminó mezclando gasoil, que se acababa de descargar del buque petrolero, con gasolina de 95 octanos, que fue la que acabó en un tanque y luego en las tres gasolineras de la isla explotadas todas ellas por la misma compañía. El resultado ya lo conocen ustedes: todos los coches que entre el 28 de mayo y el 3 de junio hayan repostado gasolina 95 en las estaciones herreñas han cargado una dosis de gasoil que afecta gravemente a su funcionamiento. De momento, 230 reclamaciones. Los efectos ocasionados están en relación con la pericia de cada conductor: el que haya hecho caso a sus chivatos de aceite y haya detenido su coche, cambiado el aceite, el filtro y el combustible, ha salvado el motor. Si no, ya saben, reparación completa, con los contratiempos que eso conlleva. DISA ha anunciado que su aseguradora se hará cargo de los gastos, no así de las molestias que se ocasiona a unos usuarios que en una isla así dependen mucho de sus vehículos particulares. En un alarde, la compañía cobró a precio de 95 la gasolina de 98 octanos, como si los automovilistas tuvieran otra opción de suministro durante esa semana de crisis. El presidente del Cabildo, Alpidio Armas, que a su vez es parlamentario regional por el PSOE, ha pedido la comparecencia de la consejera de Industria, Paquita Luengo, seguramente para escuchar de ella la misma versión, aderezada con algún tibio tirón de orejas. ¿Una sanción quizás? No estaría mal, que El Hierro no se merece esto.