El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
39 folios para el Supremo
La estrategia editorial y procesal de Editorial Leoncio Rodríguez es una mezcla de potaje de berros con gofio con bombones Ferrero Rocher. Con una mano se dedica a insultar y a desprestigiar a los que critican sus delirantes editoriales y con la otra reclama de los tribunales de justicia que a) respeten su libertad de expresión y b) limiten la libertad de expresión de los que les criticamos. Don Pepito acaba de recurrir ante el Tribunal Supremo la sentencia de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife que desestimaba su demanda contra nosotros por llamarle don Pepito, ya saben, aquella sentencia que tuvo como origen un desternillante juicio en el que el editor de El Día y su fallera mayor, Andrés Chaves, se deshacían en perdones y en loas hacia el primero y se descolgaban con una versión del periodismo que hasta la fecha no se estudia en ninguna facultad al uso. Tras haber probado que el inventor de “don Pepito” y de otras voces desdeñosas hacia el individuo fue el propio Chaves, y revocarse la sentencia de primera instancia que dejó en suspenso la utilización de tan cariñoso apelativo, hemos continuado con él en la certeza de que no es un insulto ni una intromisión en el honor del presuntamente ofendido, que lo único que quiere es tener patente de corso para insultar y ningún encaje para la crítica y la coña marinera. En su huida hacia adelante y para no reconocer que no tiene razón en su queja, ha ordenado a su diligente abogado Munguía que presente un recurso de 39 páginas con el que tratar de rebatir a la Audiencia Provincial ante el Supremo. Y para aminorar el efecto de una posible condena en costas, solo pide por nuestras “ofensas” la cantidad de 4.000 euros, entendemos que la luz y el agua aparte.
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