Ha tenido una amplia repercusión el caso de las catas ilegales de Blas Acosta, ávido como siempre de encontrar algo en cualquier perforación que acomete. Las críticas han sido muchas y variadas, desde las más duras por su condición de miembro del Consejo de Aguas, hasta las típicas soflamas culpando a CC-AM de haber contado el chisme, como si la noticia estuviera en quién habló y no en quién infringió. En fin. Dicen los nacionalistas que van a sacar un comunicado pidiendo que Acosta abandone el Consejo, pero hasta en esto las cosas de palacio van despacio. Mientras, en el grupo socialista del Cabildo, una siempre tranquila Marlene Figueroa se sorprendía al enterarse en la Junta de Portavoces de que Guillermo Concepción (PP) será el vicepresidente primero en lugar de Ana Padilla (del otro PP), que acababa de desalojar su despacho. “¿Y cuándo decidieron ustedes eso?”. “Oh, el otro día en una reunión del grupo”, le contestaron. “Vaya, al menos ustedes se reunen porque nosotros ni nos vemos...y ahora con las catas esas... ¡Qué facilidad tiene este chico para meterse en tantos líos!”