La semana ha sido cortita, pero en el aspecto político ha dado para mucho. Ya sabemos, por ejemplo, que cada vez que el Gobierno de Canarias despida a un trabajador público acompañará una edición en pen drive de los Presupuestos Generales del Estado, para que el afectado no cargue las culpas sobre Paco Spínola, sino sobre Mariano Rajoy directamente, o sobre Soria, si ya nos ponemos perfeccionistas. Ha servido también la semana para comprobar hasta dónde puede llegar la manipulación de una noticia cierta en favor del berrinche del desequilibrio y el despojo que muy supuestamente sufre Gran Canaria a manos de este malvado, malvadísimo, Gobierno regional. Porque esta semana, sí, en tan solo tres días de semana, hemos conocido dos casos que fueron agitados por el PP como ejemplos de discriminación del Paulinato contra la isla redonda que se han tornado falsos. El primero fue el acuerdo judicial (que no sentencia, ni auto ni decreto) por el que el Gobierno reconocía que tiene pendiente de pagar al Patronato de Turismo de Gran Canaria unos 353.000 euros correspondientes a una subvención para promoción que data de 2010, que se había negado a pagar el PP, que viene siendo el que ahora controla el Patronato y el que clama por las esquinas por ese supuesto despojo institucional.