Dice muchas más cosas Paulino Rivero en su carta al Rey y a Rajoy, como que el Gobierno está faltando al respeto a las instituciones canarias. Y pone como ejemplo las prospecciones petrolíferas en otro relato que no admite dudas: “En un asunto de la máxima trascendencia para Canarias y su futuro, el Gobierno de España actúa con prepotencia y con un evidente desprecio a las instituciones y particulares que no comparten su opinión. Debes tener presente, además [aquí Rivero tuteó a Mariano pero lo mantuvo por error en su carta al Rey], las especiales connotaciones políticas de este tema que derivan de la vecindad con Marruecos y de las dificultades para delimitar las aguas territoriales”. Una invocación que, desde luego, tiene como especial destinatario al Rey, tan celoso defensor de las relaciones con el reino vecino de su amigo Hasan y su hijo Mohamed VI. Sin pretenderlo lo más mínimo ?de eso podemos estar seguros- Paulino Rivero enlazó con uno de los temas estrella de don Pepito, las ansias anexionistas de Marruecos, que volvía a citar este domingo en su tradicional pastoral. “No olvidemos tampoco que Marruecos espera su oportunidad para anexionarse un archipiélago que está en su zona económica exclusiva”, escribía el dicharachero editorialista, quizás el ejemplo más caricaturesco, a la par que majadero, de esos movimientos independentistas latentes que sólo hay que tomarse a bufa cuando se refieren a esa línea editorial concreta. Pero es desde Madrid, insiste el presidente canario, desde donde “se está abonando el terreno para que broten con fuerza sentimientos y posiciones separatistas como no ha ocurrido en las Islas desde los años setenta” porque “la lealtad de las Islas no se está viendo correspondida por un Gobierno del Estado que, al desentenderse de las singularidades económicas, fiscales y presupuestarias del Archipiélago, incumple el pacto institucional que históricamente ha unido a Canarias con el Reino de España y abre así un escenario enormemente incierto”.