A alguien se le ha ido la mano en Presidencia del Gobierno con el expediente abierto a la funcionaria María Asunción Roldán por hacer una peineta a una fotografía de Paulino Rivero exhibida durante una reciente protesta de los trabajadores públicos en Santa Cruz de Tenerife. La sucesión de despropósitos en la función pública canaria, con recortes brutales en todos los salarios, incluidos los mileuristas, con despidos masivos (unos más fundados que otros) en las empresas públicas, con un deterioro notable en las relaciones laborales no hacían precisamente aconsejable abrir un expediente disciplinario por una acción ciertamente aislada, probablemente desafortunada, estúpida si se quiere, pero que hay que contextualizar en los momentos que viven los trabajadores públicos y en un marco aún más amplio que abarca la libertad de expresión y la consabida limitación de derechos a la propia imagen que sufren los cargos públicos cuando de soportar la crítica, el improperio y hasta el mal gesto de mal gusto se trata. Porque de eso va este expediente, de un mal gesto de mal gusto de una trabajadora pública que, para colmo, sólo publica el periódico El Día, el que más estropicios está haciendo en estos momentos al periodismo, a la verdad, a Coalición Canaria y a la serena convivencia en tiempos de tribulaciones.