Hablando de Larry y de periodismo, todavía resuenan por algunos pasillos y hemiciclos, las voces de los dirigentes del Partido Popular contra el modelo de televisión pública que se pretendía implantar en Canarias. Lo criticaron todo, lo recurrieron todo ante los tribunales y lanzaron tales diatribas y amenazas que a más de uno asustaron de verdad. Se mezclaban varias motivaciones en esa apostura tan radical, desde el odio exacerbado a Polanco, que concursaba con más posibilidades que el grupo favorito del PP, la mexicana Televisa, hasta el terror a que Coalición Canaria pudiera tener en las manos el mismo instrumento que los populares llevan mangoneando tantos años en otras comunidades, nacionalidades, autonomías y hasta en el Estado. Y con unos resultados económicos que hacían pensar en la misma ruina por estos lares. Todos equivocados, hasta el guionista.