Circularon con mucha fuerza durante este jueves víspera de la Inmaculada Constitución los rumores de que la alcaldesa de Telde ya tiene preparados los decretos de cese de los concejales de Coalición Canaria y de Ciuca que la auparon a la alcaldía en 2011 en un pacto memorable. Como buena correligionaria que es, y a pesar de la insoportable fragilidad de su mayoría municipal, Mari Carmen Castellano obedecerá los designios de su presidente regional, José Manuel Soria, que hace unos pocos días le ordenó públicamente quedarse sola al frente de la misma institución que ella, en compañía de otros del PP (y de Ciuca) hundió en el descrédito y en la ruina hace tan solo siete años. De consumarse la ruptura formal (la espiritual hace tiempo que impera en la ciudad), la alcaldesa se quedaría con su escuálida minoría de ocho concejales, frente a los nueve de Nueva Canarias (incluido el CCN), los cuatro de Ciuca, los dos de Coalición Canaria, los dos del PSOE y los otros dos de Más por Telde. A los rumores de ruptura se sumaron, inmediatamente, las cábalas sobre el posible apoyo que podría recabar la alcaldesa de los concejales del CCN y de los dos escindidos de Nueva Canarias, pero realizadas las oportunas comprobaciones, todo hace pensar que de haber movimientos, éstos sólo serían protagonizados por la señora Castellano. El CCN de Nacho González acaba de proclamar al mundo que el PP queda anatemizado, al menos por el momento, tras la frustración que al dirigente tinerfeño le ha supuesto su conchabo con Soria en octubre de 2011. En Nueva Canarias no quieren oír hablar de apoyar al PP en ningún lado, y menos en Telde. Román Rodríguez lo afirmaba con rotundidad a Canarias Ahora cuando lo llamamos para preguntarle. Por lo tanto, estamos ante la inminencia de un descalabro monumental en una ciudad muy sufrida porque la alcaldesa, que también tiene sus rupturas internas, gobernaría sola a escasos meses de sentarse en el banquillo a responder por los presuntos delitos cometidos durante el cuatrienio negro 2003-2007.