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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Ofensiva (muy ofensiva) de Coalición Canaria

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, durante su visita las obras del tramo Las Chafiras-Oroteonda.

Carlos Sosa

El Gobierno de Fernando Clavijo no se puede permitir salir maltrecho del debate del Estado de la Nacionalidad (y olé) que se celebrará esta semana en el Parlamento de Canarias. Una liturgia que obliga al que gobierna a presumir de lo bien que lo ha hecho y a los que resulten en cada momento su adversarios a contestarle que, en realidad, es un auténtico paquete.

La primera noticia del debate la encontraremos en el Partido Popular, el que con sus votos (más los tres de los agrupados socialistas gomeros de Casimiro Curbelo) sostiene a este Gobierno aprobándole los presupuestos y las leyes más señaladas. Asier Antona ya ha marcado el territorio, como hacen lo perros mil leches, con este vídeo tan sandunguero.

La segunda noticia será el tamaño de las mentiras que tendremos que sufrir los que estamos obligados a seguir este debate. También el Gobierno se ha ocupado estos días en adelantarnos cuáles van a ser esas trolas.

1.- Se encaminan los problemas de las carreteras. En un ataque de gestión absolutamente notable, el Gobierno de Canarias se ha dedicado estas últimas semanas a adjudicar concursos de carreteras cuyas obras debían haber comenzado hace más de seis meses (el caso de La Aldea). Fernando Clavijo corrió este mismo lunes, en compañía de su siempre frecuente y frecuentado Carlos Alonso (presidente del Cabildo de Tenerife) a visitar las obras del tramo Las Chafiras-Oroteonda, después de que tanto su vicepresidente y consejero de Obras Públicas, Pablo Rodríguez, como su consejera de Hacienda, Rosa Dávila, hayan colocado en el disparadero al Gobierno de España como responsable primero de su mala gestión y su mala cabeza.

2.– Vivienda. El escándalo de Las Chumberas. La gestión de este Gobierno en materia de vivienda es verdaderamente catastrófica y para contrarrestarlo solo se ha dedicado a la propaganda más despreciable. La compra de las viviendas de Añaza al Banco Santander ha sido vendida como una gestión brillante cuando, en realidad, lo que genera es un agravio comparativo con otras miles de personas que en cualquier momento pueden reclamar la misma solución, urgidas por los fondos buitre que verán en ese movimiento gubernamental una oportunidad de oro para vender inmuebles socialmente conflictivos.

Todo ello en una comunidad carente de cualquier plan de vivienda que atienda ese derecho a más de 13.000 familias reclamantes, e incapaz de gestionar adecuadamente ayudas al alquiler y de atender la reclamación de miles de jóvenes que quieren emanciparse.

Pero donde realmente está el escándalo de este Gobierno es en el barrio lagunero de Las Chumberas. Una nefasta gestión de los fondos públicos cedidos a ese Ayuntamiento, gobernado por CC desde hace años, está desembocando en alarmantes sospechas sobre el destino de varios millones de euros que, por lo que parece, se han destinado a sanear la empresa pública de vivienda, Muvisa, dedicada, como todas las de CC, al más puro y descarado trajín de bocadillos de mortadela para traer y llevar votantes y militantes.

La última reunión con el Ministerio de Fomento para resolverle el problemas a esas familias se saldó con un acuerdo que obliga al Ayuntamiento a justificar de inmediato los fondos transferidos por la Administración del Estado (ésa a la que CC acusa de abandono y de boicot), con el riesgo cierto de que desaparezcan las partidas destinadas a la demolición y construcción de nuevas viviendas para esas familias afectadas con sus casas afectadas por aluminosis.

El Gobierno, lejos de contar la verdad de lo ocurrido en esa reunión en Fomento la semana pasada, se ha dedicado a pregonar en sus redes y en los medios afines que ha conseguido un gran acuerdo que ha consistido en arrodillar al Gobierno de España. Sin embargo, el informe del abogado del Estado no deja ningún resquicio a la duda: o liquidan la pasta que se les transfirió, o puede haber problemas muy graves.

3.- El caso Grúas. Sin abandonar la ciudad de La Laguna y sin alejarnos de la gestión que en Las Chumberas hizo el alcalde-presidente Clavijo, la sombra del caso Grúas planeará sin duda estos días sobre el debate de la nacionalidad. Y no tanto por la gestión que en su día se hizo de ese servicio municipal, primero privatizado, luego entregado a los amigos del alcalde-presidente y, finalmente financiado y consentido con dinero municipal en contra del criterio del interventor. Sino más bien por los últimos acontecimientos aportados por la defensa de Fernando Clavijo, empeñado hasta límites verdaderamente grotescos en que la causa por la que será investigado se quede en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, es decir, lejos de los juzgados ordinarios de La Laguna.

Ese empeño solo tiene una explicación: el convencimiento pleno que tiene el señor alcalde-presidente de que solo en el TSJC se le iba a ahorrar ese penoso trance de tener que ser fotografiado en el momento de tener que entrar a declarar. Y otra consecuencia colateral: Clavijo no se siente tan inocente como dice cuando prefiere a un tribunal para aforados (ejem) antes que uno de esos destinado a los mortales.

El anuncio de recurso ante el Supremo, formulado por su abogado, Esteban Sola o Víctor Díaz, o no se sabe muy bien quién, solo invita a la conmiseración.

4.- El pesebrismo. La ofensiva de Fernando Clavijo y sus mariachis para tratar de presentarse ante el debate de la Nacionalidad ultaperiférica con sobresaliente cum laude no puede ser más ofensiva. Ofende a la inteligencia del personal cuando trata de pasar por buena la gestión en asuntos tan apabullantemente contestados como el de la dependencia, la calidad asistencial en sanidad, el medio ambiente y el cambio climático; o la pobreza, el paro y la desigualdad que sufren muchos habitantes de las Islas Canarias. Pensar que esta nacionalidad tan pinturera ha tenido que devolver a España fondos para combatir la pobreza y que reclame más para el año que viene es una desfachatez intolerable.

No hay una sola voz crítica en los medios de comunicación del régimen que se alce para negarse a publicar, o al menos disimular, las clamorosa mentiras sobre la calidad de la gestión del actual Gobierno de Canarias, incapaz siquiera de gestionar sus propios fondos pero siempre desafiante ante el Gobierno de España para reclamarle más afrecho con el que cebar la propaganda.

Estos tres meses que se avecinan van a ser muy intensos. Y Coalición Canaria, a la que las encuestas le otorgan un discreto resultado en las Generales y unos nada buenos en las Autonómicas, ya ha puesto en marcha la maquinaria propagandística interna y externa en la que lleva cuatro años invirtiendo. Con dinero de todos, claro.

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