Les recomendamos que no se pierdan las declaraciones que Hernández Lobo ha hecho a nuestros compañeros de Maspalomas Ahora. En ellas pueden apreciar el tamaño, grosor y consistencia del rostro que gasta proclamando al mundo que se pasa al PP por el “buen rollito” que ha encontrado en el partido de Soria y que jamás vio en CC. Dice que de no haber sido aprobada su incorporación al PP con la unanimidad de la dirección insular de ese partido, él no se hubiese incorporado, lo que confirma que es un fichaje por la cúspide, como si de un Ronaldo se tratara. Ya van dos así en menos de diez días, el de Rita Martín por el CCN, y ahora el suyo por el PP. Alega Hernández Lobo para justificar su transfuguismo que él nunca se fue de Coalición Canaria, que en realidad lo echaron, para añadir los motivos: su abstención en los presupuestos del Cabildo que su grupo votó en contra y su entrada en el gobierno insular contraviniendo las directrices de su propio partido. Encima pretendería que se lo agradecieran. Pero fíjense qué curioso resulta que un consejero del Cabildo de Gran Canaria, transfugado pero conservando su idiosincrasia y su autonomía, se afilia al partido que gobierna y al que presta su apoyo pero no abandona su condición de consejero no adscrito. Gracias a esa condición, Hernández Lobo podrá seguir disfrutando de las ventajas de asesor propio y gastos de grupo y no deja en la estaca a Juan Domínguez, en similar situación.