Las negociaciones que lleva a cabo Editorial Leoncio Rodríguez, propietaria de El Día, con el comité de empresa se tensan por momentos. No ayudan mucho, sin duda, las continuas astracanadas que don Pepito dedica cada dos por tres en sus editoriales a los sindicatos, a los delegados de personal y a los comités de empresa, a los que como mínimo llama gandules del modo tan poco sutil que el dicharachero editor emplea para insultar a los que no comulgan con sus ruedas de molino. Pero con ellos ha de negociar lo que está negociando en estos momentos: un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que va afectar a lo que queda de plantilla, 80 trabajadores, tras el reciente despido de otros dieciséis, catorce de los cuales han demandado a la empresa ante los juzgados de lo Social de Santa Cruz de Tenerife. Por lo que ha trascendido por el momento, el ERTE podría suponer mandar al paro un mes al año a cada trabajador o, en su defecto, reducirles jornada y salario en el equivalente a dos horas diarias. Mientras, continúan produciéndose rumores de venta de la histórica cabecera, extremo desmentido por las fuentes consultadas por este periódico. Mientras el cuerpo aguante, don José sigue al frente de la nave con pulso independentista fuerte y a la espera de que se calme la tempestad o se produzca el naufragio. Los últimos empresarios a los que se atribuyó un intento discreto de hacerse con el periódico sufren el desprecio y el veto del veterano editorialista, propietario único de la editora y del patrimonio del que está tirando para sustentarlo en estos momentos tan delicados.