Desde luego, no se puede estar en misa y repicando, es decir, en Lourdes y en el Vaticano al mismo tiempo y con igual fervor y recogimiento. Como tampoco podemos estar acreditados para cubrir los juegos olímpicos de Atenas y, como si tal cosa, en Venezuela, dando cuenta nuestros lectores de aquí y de allá de lo que ha venido pasando antes, durante y después del referéndum en el que tanto ha puesto en juego ese país. Así que entre tantos fastos, elegimos Venezuela, y para allá marchó nuestro compañero, colaborador y sin embargo amigo Ramón Pérez Almodóvar, de cuyas crónicas han venido ustedes disfrutanto. De los juegos olímpicos y de los pecados recordados por Su Santidad en Lourdes también les venimos dando buena cuenta, bendito sea Dios, pero con no con nuestro propio sello, que tiene su aquél.