Han pasado por Canarias estos días especialistas de la compañía Repsol para mantener encuentros discretos y por separado con directores de medios informativos a los que contar la versión de la petrolera respecto de las prospecciones solicitadas junto a las islas de Lanzarote y Fuerteventura. El desconocimiento de los endemismos canarios les condujo en primer lugar a la isla de Tenerife, donde apreciaron que, efectivamente, tanto les daba que les deba lo mismo, o casi, lo que ocurriera allende la provincia con el crudo crudo. Al día siguiente, los enviados de Repsol dieron el salto a Gran Canaria, donde ya empezaron a apreciar el tamaño de la preocupación que se ha instalado en la sociedad isleña ante la decisión del ministro Soria de resucitar el permiso petrolero. Los especialistas de Repsol, uno del departamento de Comunicación y el otro director facultativo de su filial para investigaciones, Ripsa, debieron quedar perfectamente bien informados cuando, al tercer día, o sea, ayer jueves, dieron el salto a la isla de Lanzarote, donde los medios informativos están siendo especialmente beligerantes contra las autorizaciones para perforar a una distancia de entre 10 y 60 kilómetros de las costas isleñas.