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Raúl García, el animador trashumante

En un mundo en el que la imaginación está de capa caída, el trabajo de animación es un planeta aparte gobernado por el dios Walt Disney y habitado por generaciones de Peter Pan. A ese lugar de sueños y fantasías se mudó hace 25 años Raúl García, un madrileño de 49 años que se resiste a crecer. Un animador trashumante que viajó por medio mundo con sus lápices y portafolios hasta conseguir el visado al territorio del dibujo animado.

En la España de los sesenta la televisión era como el Régimen: en blanco y negro. Proyectaba reportajes del Nodo pero también dibujos animados de Hanna Barbera y de la factoría Disney. Un mundo animado en el que el niño García quería entrar. De garabatos en sus cuadernos del colegio pasó a realizar dibujos de factura más que digna.

Así trascurrieron los años y tras su paso por la Facultad de Ciencias de la Información comenzó a trabajar para la televisión realizando cortometrajes. Pero el sueño de Raúl García era hacer largometrajes y llegar a ser como Walt Disney. Por eso cogió su mochila y con su carpeta de dibujos se presentó en los estudios de medio mundo. De Dublín a Corea, de Corea a París, de París a Londres. Animó Los Picapiedra, Lucky Luck, Tom y Jerry y Los Pitufos. Pero su gran oportunidad no llegó hasta ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, la película que reanimó el interés por los dibujos animados.

La factoría Disney llamó a su puerta y la bondad, la cursilería y la defensa de lo humilde se inyectó en sus venas?. En Los Ángeles creó personajes como el genio de Aladino y participó en Fantasía, La Bella y La Bestia, Tarzán, El Jorobado de Notre Dame, Pocahontas o El Rey León. “Trabajar para los grandes estudios no sólo ha sido cumplir el sueño de mi vida sino que ha sido una experiencia superenriquecedora porque trabajas con los mejores del mundo y aprendes un montón, absorbes todo sobre animación”, recuerda.

Por ese currículo Raúl García es reconocido como uno de los históricos de la animación española y por esa trayectoria la II Muestra Internacional del Cine de Animación, Animayo, le rindió este jueves un homenaje en el que se proyectó su cortometraje The Tell-Tale Heart. Una obra basada en un relato de Edgar Alan Poe que devuelve de la tumba a Bela Lugosi para declamar el texto. Un corto en blanco y negro que ha conseguido ya más de una veintena de premios firmado por el estudio de Raúl García en Granada, Kanor Grafic. Una productora que ya trabaja en más cortos de terror con el objetivo de presentar en 2009 ?coincidiendo con el 200 aniversario del nacimiento de Edgar Alan Poe- un largometraje.

Raúl García es un dibujante rápido y efectivo que imprime pasión en todos sus trabajos, un niño que ha alcanzado su sueño de llegar a ser Walt Disney, un profesional que ha logrado trabajar siempre en lo que ha querido, un tipo simpático y con un humor tan ágil como su pluma. En definitiva, un ser de otro planeta.

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