El Gran Canaria Arena continúa siendo inexpugnable para los tinerfeños

Imagen del encuentro entre el Herbalife Gran Canaria e Iberostar Tenerife en el Gran Canaria Arena. (Alejandro Ramos).

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

Gran día de baloncesto el que se ha podido vivir en el Gran Canaria Arena, que sigue siendo un castillo inexpugnable para los tinerfeños.

Los aurinegros lo intentaron con todo y se mantuvieron vivos todo el partido hasta que, en el último cuarto, la experiencia de los locales, llevados en volandas por la afición, consiguió decantar la balanza y vengarse dejando la victoria por 90 a 80 en casa.

La veteranía de Alberto Oliver (18 puntos y tres asistencias; 22 de valoración) y de Eulis Báez (14 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias; 22 de valoración) junto al talento de un mermado Alen Omic por sus molestias físicas (12 puntos y 9 rebotes; 16 de valoración) mantuvo intacto el fortín amarillo un año más.

Y eso que los visitantes cuajaron un excelente partido, luchando y teniendo opciones hasta el final. El exterior fue el aliado de los visitantes, con Salva Arco a la cabeza (4 triples anotados, 19 puntos y 3 rebotes; 19 de valoración). 

El comienzo del derbi, como no podía ser de otra manera, fue intenso por parte de ambos equipos. La igualdad dominó prácticamente toda la primera parte, sin ningún dueño claro marcador.

Tímidos ambos conjunto, anotaban desde el interior y lo intentaban poco desde el exterior. Hasta que el Herbalife cambió la dinámica al final del primer cuarto, haciendo sangrar a los de Vidorreta, sacando a pasear la mano desde los 6,75 metros.

Paulí, Aguilar y Seeley ametrelleaban la canasta del Iberostar desde el exterior y se marchaban a siete puntos al final del primer cuarto (30-23), abriendo una pequeña brecha.

Pero Vidorreta y los suyos no iban a dejar escapar al rival tan pronto. Con orden, concentración y mucha intensidad, el Iberostar entraba al segundo cuarto con fuerza. Probaron  a devolver la moneda y salió bien.

Salva Arco, Sekulic y Will Hanley contribuían a darle la vuelta al marcador en el minuto 13 (31-32) con tres triples consecutivos. 

El toma y daca seguía en un partido vibrante e igualado: Aguilar anotaba un triple, lo devolvía en seguida Davin White. El Iberostar se resistía y seguía plantando cara, obligando a los locales a subir el nivel. Lo que mejoraba el espectáculo.

Pero a segundos para llegar al descanso, el Herbalife lo volvía a hacer y se marchaba con una pequeña ventaja en el marcador (51-47), aunque lo aurinegros se hicieron con el parcial (21-24).

El Canarias entró al tercer cuarto lanzado, movido por una fuerza y unas ganas enormes. Lograron situarse con un 53 a 58 gracias de nuevo al exterior.

El Granca resistía las embestidas como podía y conseguía anotar a pesar del juego agresivo de los visitantes, que trataban de parar como fuese a los amarillos.

Pero Omic, cuando quiere y puede, es imparable y puede desatascar casi cualquier cosa bajo la canasta. Igualó el partido (58-58) tras unos minutos de escasa anotación por ambos equipos. Un punto de inflexión que supieron aprovechar los locales esta vez, ayudados por el rugido del Gran Canaria Aren.

En el minuto 28' Báez daba la vuelta al marcador (62-60) con un triple y Seeley se sumaba para seguir aumentando la renta (66-62). 

Si los inicios de los cuartos había sido del Iberostar, los finales se los quedaban los locales (72 a 67). 

Para la intensa recta final, ambos equipos decidieron levantar sus muros defensivos. Aíto y Vidorreta querían impedir la anotación del otro y en los cinco primeros minutos del último cuarto sólo se llegó a la cifra de cuatro puntos, dos para cada equipo. 

Pero en ese tablero el Granca supo mover mejor sus fichas. Con la experiencia como guía personificada en Albert Oliver y Eulis Báez, los claretianos conseguían ponerse 78 a 70 sin dejar a penas fisuras en su defensa.

Los aurinegros, tocados, seguían intentándolo con intensidad, pero esta vez la pelota no entraba con tanta facilidad a canasta. En los minutos finales los locales aumentaban su ventaja y el Gran Canaria Arena se convertía en una fiesta cuando a ocho segundos del final Alen Omic, sólo, hacía una de las suyas que ponía en pie al público.

Al final, Albert Oliver puso la guinda en la revancha de su equipo en el derbi. Por diez de diferencia (90-80) se quedaba la victoria en el fortín claretiano, que sigue siendo, un año más, inexpugnable para los tinerfeños.

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