Opiniones del Sector Primario
¿Tienen o no razón los cosecheros de plátanos?
Primero fue la papa. Entre todos la maltrataron y ella solita se está muriendo. Durante años el tubérculo isleño no sólo era para el consumo interior, también se le exportaba al Reino Unido, era una salida importante para el agricultor y se plantaba mucha más cantidad que ahora, ya que entre otras cosas había más agricultores y por consiguiente mas terreno cultivado.
En los últimos años y según los últimos datos se han perdido o ya no se cultivan una extensión que equivaldría a 90.000 campos de fútbol en las islas. Para una economía como la nuestra esa pérdida ha sido muy difícil de encajar para el sector primario en todas sus facetas.
Con la llegada del turismo y el trasvase del campo a la construcción tanto de trabajadores como de terreno comenzó la debacle para el sector, ya que el cemento se ha plantado en las zonas mas fértiles de las islas y se ha comido prácticamente todo el terreno litoral.
Se cambió toda la estructura, pero también la cultura agrícola que se transmitía de generación en generación.
Luego le tocó al tomate que en estos momentos está en la UCI y con pocas posibilidades de escapar con vida, aunque solo sea para el consumo interior. Si miramos 20 años atrás vemos como año tras año se han ido perdiendo cultivos en Canarias y mercados en Europa, sin que nadie pusiese remedio, o al menos dar algún que otro puñetazo encima de la mesa que falta hacía.
A eso hay que unirle que los más avispados se fueron a Marruecos donde todo era más barato y con pocos controles -'la pela es la pela'-, por lo que no interesa nada más por mucho que nos cuenten. Y gracias al grupo de mujeres aldeanas, valientes luchadoras que con su huelga le han llevado un poco de oxígeno, seguimos teniendo y manteniendo lo poco que nos queda del mismo.
Ahora le toca al plátano y la dirección de Asprocan, en vez de asumir las críticas para poder mejorar, va y se descuelga tergiversando datos y sin asumir responsabilidades. A lo más que ha llegado es a suspender la pica de esta semana ante el clamor social y la manifestación de los agricultores la pasada semana en La Palma, con unas críticas a dicha organización que no ha sido capaz de dar una respuesta a los cosecheros.
De hecho, en alguna de las pancartas se podía leer “Asprocan no, plataneros sí”. Y eso dice mucho de cómo están los ánimos en el sector. Para colmo de males los plataneros vieron como los dirigentes de dicha organización no aparecieron por la manifestación ni siquiera a título personal, y ya eso dice mucho, pero en su contra.
Y qué decir de las organizaciones agrarias supuestamente más representativas en el sector como son Asaja y Coag. Ni se les vio en ella, y lo que es más triste, no han hecho ni dado ninguna nota de prensa de apoyo al sector, cosa que ha cabreado y mucho a los manifestantes que piensan y con razón que les han dado la espalda cuando mas falta hace. Solo Aspa (Asociación Palmera de Agricultores y Ganaderos) estuvo presente como organización agraria.
Los cosecheros de plátanos saben y así lo dicen que el largo calvario que sufren no es nada con el que se espera con la entrada de la banana ecuatoriana, Marruecos también empieza a cultivar el plátano y con seguridad nos hará lo mismo que con el tomate, y eso va a suponer no ya un deterioro sino más bien una gran debacle para el pequeño platanero.
Mientras el cosechero sigue cobrando precios de miseria, en torno de los 35 céntimos por kilo, en dos de las grandes superficies mas importantes que operan en Canarias como son Mercadona e Hiperdino los precios del plátano se mantienen por las nubes.
Mercadona por encima de 1,60 € kilo e Hiperdino -los mejores precios de Canarias- por encima de 1,90 € kilo. Esos precios son aquí en la tierra donde se cultivan, dato relevante y que hace pensar que alguien se esta llevando la parte de león que le correspondería a los cosecheros.
Mientras damos medallas, diplomas y reconocimientos a los que hacen o han hecho posible este deterioro, a los agricultores solo les queda decir “Virgencita, Virgencita que me quede como estoy”.
¿Tienen o no tiene razón los pequeños productores de plátanos?