Tomás Padrón: “El gen del desarrollo sostenible nos viene del aislamiento y el autoconsumo”

Juan Ignacio Viciana

Tomás Padrón, Hernández. El Pinar de El Hierro, 1945. El año de la seca llegaría un poco más tarde pero la memoria le alcanza para recordar a la gente de su pueblo yendo a buscar agua con bidones de gasolina a los barcos aljibe que venían desde Tenerife y Gran Canaria. Fue un tiempo duro, muy duro, en un pequeño mundo casi desconectado del exterior. Todo era autoconsumo, “de ahí nos viene el gen del desarrollo sostenible al que hemos apelado a lo largo de nuestra historia”. Tiene tiempo y calma, no contesta ni una pregunta a la primera, se detiene en los recuerdos, así que la entrevista es larga.

P. Treinta años en política..., ¿se puede decir que nació para esto?

R. A finales de los 70 era delegado de la empresa Unelco en El Hierro, que en aquella época era una empresa pública. Era responsable de la instalación de las nuevas líneas. No había servicio eléctrico en ningún sitio, salvo dos motores en El Pinar y Valverde. Y llevar el servicio era importante, un regalo, algo nuevo que en principio estábamos condenados a no tener. En el día a día se produce un contacto directo con la gente y es esa relación la que en un momento determinado, en 1979, con la llegada de las primeras elecciones locales, cuando alguien en el Bar de Los Reyes de Valverde, un juez de instrucción de aquella época, me animó a presentarme.

¿Y dijo que sí?

Yo no sabía nada de todo esto. Pero tenía claro que si me presentaba era sin partido político. Ese empujón de una persona relevante, un juez de instrucción, hizo que empezáramos a reunirnos un grupo de amigos, maestros de escuela, agricultores, ganaderos..., y dada la marginación histórica y el abandono de esta Isla decididimos aportar nuestro grano de arena intentando tener al menos una voz en el Cabildo de El Hierro.

¿Nunca imaginaron que ganarían?

Cuando fuimos a presentar nuestra candidatura no se podía. No éramos partido político y teníamos que hacer una agrupación de electores. Teníamos que recoger 500 firmas en poco tiempo. Lo conseguimos rápido, pero tampoco servía. ¡Tenían que venir uno por uno al Juzgado a firmar delante de la Secretaria! Fue un muro difícil de levantar. Llevar gente al Juzgado, que en aquella época imponía, fue costoso. Pero venían con sus mejores ropas, y logramos las 500 firmas para la que desde entonces nació como Agrupación Herreña Independiente (AHI).

No fue fácil entonces.

Nunca imaginamos que en la noche electoral, presentándonos ante la todopoderosa UCD, que venía de ganar las Elecciones Generales, con un candidato que entonces era el senador de la Isla, pudiéramos ganar. Pero el PSOE de aquel momento decide no presentar candidatura y apoyar la nuestra. Y Alianza Popular no la retira, pero tampoco ve opciones y prácticamente no las disputa.

¿En realidad, la recogida de firmas les aseguraba un buen resultado verdad?

La recogida de firmas fue una campaña tan potente que prácticamente nos dio el proceso electoral abierto. Recuerdo que cuando algún representante de otro Partido iba a pedir el voto la gente les decía que ya habían firmado por nuestra candidatura y estaban comprometidos. Así nació la AHI, sin una ideología concreta, sólo queríamos ayudar y empujar a que la Isla saliera del ostracismo. Y sigue así, o seguía cuando dejé la Presidencia: si miras a los 1.500 afiliados hay de todo. Nos une la Isla, sus problemas y sus circunstancias.

¿Qué se encontraron al llegar?

Cuando llegamos al Gobierno del Cabildo no había agua corriente en ningún pueblo. Había dos barcos que comunicaban con Santa Cruz dos veces a la semana y el llamado Hospital tenía un médico de medicina general y dos hermanas de la Caridad. Cuando la cosa se complicaba, muchos herreños morían en el traslado del barco, si coincidía barco, que tardaba 17 horas. Hacía escala en todas las Islas. Nos cayó aquella carga a personas no duchas en política ni administración y se nos vino el mundo encima. Pero empezamos a trabajar y a sacar cosas adelante. Tuvimos suerte porque nada más entrar llegaron 40 millones de pesetas del Ministerio de Sanidad fruto de una promesa que había hecho el presidente Suárez en 1978 en su visita a El Hierro para la mejora del Hospital.

¿Y para qué daba ese dinero?

No teníamos posibilidades de hacer un hospital nuevo pero supimos que en Perú una empresa catalana estaba construyendo unos hospitales prefabricados con buen resultado. Eso hicimos. Y lo dotamos con equipamiento, camas, quirófanos...

¿Con un médico y dos monjas?

Así es. Empezamos un peregrinaje al Ministerio, porque hasta los análisis de sangre había que remitirlos a Tenerife. El director general de turno nos preguntaba siempre por la población de la Isla (7.500)... se reían, señalaban por la ventana y decían que era lo mismo que cualquier grupo de edificios... de calentura en calentura hasta que en esa guerra con el Ministerio un hecho sirvió para cambiar la situación sanitaria tercermundista de El Hierro.

¿A saber?

Las parturientas solían a irse a Tenerife a dar a luz. A una mujer se le adelanta el embarazo y se va al Hospital. El avión del día se había marchado. La criatura empieza a salir pero se atasca a la mitad del pecho. No hay manera de sacarlo. No hay instrumentos para una cesárea. La criatura muere y la señora tiene que aguantar así toda la noche. Al día siguiente es evacuada en el Fokker y en Tenerife descubren que el bebé traía un tumor muy grande en una nalga. Por eso no la podían sacar.

¿Entonces?

Al día siguiente, apoyado por Radio Club Tenerife, contamos la historia en el programa Hora 25, de mucha audiencia nacional. Sacaron al Ministro de la cama y tuvimos unas palabras que repercutieron a nivel nacional. A la semana siguiente estaba en Madrid firmando un convenio por el que se dotaba a la Isla del personal que necesitaba.

¿No echa de menos la acción, la actividad política?

Entré en política en 1979, como presidente del Cabildo. Me retiré en 1991 y volví en 1995. Desde ahí, hasta 2011. En esa etapa fui dos veces parlamentario. Son cerca de 30 años, mi experiencia fue larga, la edad ya no permite tener el dinamismo y el empuje que hace falta en la gestión de una administración. Vivo la política, pero desde casa o en conversaciones con amigos, no de forma que me impulse a querer estar en el meollo de las cosas.

¿Hay vida más allá?

Camino cada mañana durante una hora y media, luego dedico algunas horas a cuidar unos frutales y una huerta que tengo en casa. También suelo mirar en Internet cómo anda el mundo, esta aldea global que nos han impuesto los poderes económicos invisibles que gobiernan este planeta.

¿Sólo noticias?

Me gusta la meteorología. Recuerdo que desde el Cabildo de El Hierro adelantamos lo que iba a pasar con la tormenta del Delta. Había una borrasca muy grande cerca de Canarias y los servicios de emergencias nos avisaron de que iba a ser muy peligrosa. Suspendimos la actividad escolar el lunes. Nos costó una reprimenda de la Consejería de Educación porque no teníamos competencias para suspender las clases. Entonces les dijimos: No suspendemos las clases, pero tampoco vamos a buscar a los chicos con el transporte público escolar a los pueblos. Los acontecimientos nos dieron la razón: la borrasca entró por El Hierro, pero el lunes a media mañana en Tenerife estaban evacuando a los niños de los colegios porque se les metió la tromba de viento y agua encima. Además, ahora sigo con detalle la evolución de los vientos porque es importante para el funcionamiento de Gorona.

¿Cree que la energía que consuma El Hierro será 100% sostenible en algún momento?

El proyecto que iniciamos en 1981 tenía ese objetivo. Yo era presidente del Cabildo y delegado de Unelco en la Isla, en cuyo seno se constituye un equipo de estudio sobre energías alternativas. El primer trabajo que trata de sacar adelante es que el coste de la energía en El Hierro no fuera tan caro porque era el mayor de Canarias. Se iniciaron los estudios y colaboro en ese anteproyecto, pero a los dos 2 años el INI decide que no había más dinero para eso y lo archiva.

Sin embargo, no se archivó.

Era mi empresa, pero a mí me gustaba el proyecto técnicamente. No estaban de moda las energías renovables ni preocupaba el calentamiento global, pero a mí me entusiasmó la idea de que El Hierro pudiera alimetarse de energías alternativas. En mi doble condición fui picoteando a mis jefes con ese proyecto. Si no hubiera sido presidente del Cabildo me hubieran dicho que el proyecto estaba archivado y me hubieran mandado al carajo. Pero me soportaron y creo que eso sirvió para sacarlo nuevamente de la estantería.

¿Pero alguna vez llegará al 100% o es una utopía?

Gorona está diseñada para que si el combustible viento falla, el sistema funcione igual. A Red Eléctrica Española, con una sala de control en Tenerife y otra en Las Palmas, con unos técnicos sin el asesoramiento diario de aquellos que participaron en la elaboración de Gorona, les resultaba temeroso el nuevo juguete tecnológico que tenían en las manos. Estaban acostumbrados a que un molino de viento que entra en la red no puede hacerlo en más de un 30%, porque si no desestabiliza, pero se encuentran con algo diferente, y en su temor, el proceso no arranca de la manera adecuada.

¿A qué se refiere?

A que cuando había algo de viento elevaban agua, cuando tenían el agua arriba la tiraban para abajo y ponían en marcha las turbinas... Y ese no era el sistema. El sistema estaba pensado para hacer las tres cosas a la vez: turbinar, generar hidráulica y generar eólica. Y todo eso combinado es lo que sale a la calle con energía estable y limpia. Poco a poco le han ido cogiendo el truco, perdiendo los temores, y eso ha permitido en los últimos años tener medias de entre el 50 y el 70%. Nuestra estimación incial era de entre un 70 y un 80% como media al año. Y en muchos momentos el 100%. Eso se puede conseguir sin ningún problema.

¿Pero el 100% permanente no?

El objetivo final del proyecto es el 100% permanente. Pero falta la segunda fase por desarrollar: ampliar el almacenamiento, la pila, tanto arriba como abajo, profundizar en la energía solar para complementar con la eólica, porque cuando nosotros desarrollamos el proyecto para producir energía solar necesitábamos una superficie de paneles impresionantes. Y en una isla tan pequeña no podía ser. Ahora la tecnología ha avanzado y no hace falta tanta superficie. Hay que retomar la idea, estudiar y analizar la geotermia, y con todo eso complementado El Hierro puede generar el 100% permanente de energía renovables. Y en ese caso, El Hierro tendría su propio Régimen Ecológico y Fiscal porque Gorona del Viento no solo produce energía sino que desala agua. Y ser propietarios de la energía y del agua es fundamental para el desarrollo socioeconómico.

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