El Ayuntamiento de LPGC acusa a los vecinos de buscar “el mayor daño” por motivos “espurios”

Los concejales del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria de Cultura, María Isabel García Bolta, y de Educación, Christian Santana (2d), y el director de la murga Los Chancletas, Tito Rosales. (Efe/Elvira Urquijo A.)

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria considera que los vecinos que han logrado que una juez prohíba cautelarmente que los conciertos y chiringuitos del carnaval se instalen en el entorno del parque de Santa Catalina solo buscan “hacer el mayor daño a la ciudad” por razones “espurias”.

El Consistorio ha dado a conocer este martes el recurso que ha interpuesto ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) contra el auto del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 5 de la ciudad que obliga a trasladar fuera de Santa Catalina y la plaza de Canarias las actividades lúdicas nocturnas del carnaval.

El recurso no solo cuestiona la oportunidad y legalidad de esa medida cautelar, dictada a una semana de que comience el carnaval, sino que pone en duda los motivos que guían a los denunciantes, la comunidad de vecinos del edificio Simón Bolívar número 5.

Los servicios jurídicos del Ayuntamiento defienden que en este litigio la apariencia de buen derecho está de parte del Consistorio, porque ya el Tribunal Supremo delimitó cuál es el alcance la sentencia sobre el ruido que generan los mogollones del carnaval.

Además, subrayan que los chiringuitos y conciertos regresaron a la plaza de las Islas Canarias el año pasado tras una edición de paréntesis en el parque de la Música, sin que los vecinos que han presentado la denuncia impugnaran que ese fuera el lugar elegido.

El Consistorio pide al TSJC que revoque la medida cautelar en defensa de los intereses colectivos de la ciudad, que, a su juicio, se verían dañados si el carnaval no se puede celebrar como estaba previsto y en el emplazamiento que tradicionalmente ha tenido.

En su opinión, los vecinos denunciantes “no pretenden defender la legalidad” con su nuevo recurso, sino “causar el mayor daño posible a la ciudad suspendiendo los actos nocturnos y la instalación de los chiringuitos, para muchos ciudadanos la verdadera esencia de la las fiestas, a escasos días del comienzo del programa de actos”.

El Ayuntamiento ve tras esta denuncia vecinal “una intención espuria”, que “excede los límites de la buena fe”, incurre en “abuso de derecho” y pretende “provocar una grave perturbación de los intereses generales”, pues sus promotores “tienen conocimiento desde hace más de un año que todos los actos del carnaval han vuelto al parque de Santa Catalina y su entorno”.

“Este tipo de actuaciones hacen que desgraciadamente se recuerden determinados hechos, no como hitos de la ciudad por lo que representan para su exaltación y enriquecimiento, sino por lo que contribuyen a la desaparición de los usos y costumbres arraigados a nuestra cultura”, alegan los servicios jurídicos municipales.

El Consistorio destaca además en su recurso las medidas control de ruido y luces que se han previsto para esta edición del carnaval.

Negociaciones y “acercamientos”

El Ayuntamiento capitalino seguirá negociando con los vecinos del parque Santa Catalina que litigan para que ese lugar deje de ser escenario del carnaval, pero “no contempla la posibilidad de marcharse” de allí, según ha dicho este martes la concejal María Isabel García Bolta.

“Sabemos que este es un carnaval urbano y que los ciudadanos quieren celebrar la fiesta en el mismo sitio donde tienen lugar los concursos y las galas”, ha argumentado la responsable municipal de Cultura, que ha asegurado, además, que el Ayuntamiento ha tomado medidas para reducir las molestias que se provocan a los vecinos y no descarta que estos se avengan a llegar a un acuerdo al respecto.

Ello contribuiría a solventar de manera satisfactoria para la corporación local el conflicto con unos vecinos con los que “parece que hay un cierto acercamiento” a raíz de una reunión que celebraron con ellos ayer autoridades y técnicos municipales para tratar de pactar una solución al conflicto, ha indicado García Bolta.

“Estamos negociando todo esto, les hemos puesto de manifiesto cuáles son esas medidas correctoras, distintas de las del año pasado”, destacando cómo se ha procedido a hacer una redistribución de los chiringuitos a fin de disminuir el impacto sonoro de las celebraciones en los hogares de los denunciantes, ha expuesto la edil, que espera que ese contacto dé resultados positivos.

Con ese propósito, Ayuntamiento y vecinos han quedado en verse próximamente en una nueva reunión, “una vez que hubo cierto intercambio de documentación”, ha detallado García Bolta.

La responsable municipal de Cultura, en todo caso, ha reiterado que no existe “en este momento” intención de abandonar la zona donde tradicionalmente se ha celebrado el carnaval de la ciudad y ha afirmado que confía en que la fiesta se celebre finalmente allí, como estaba previsto, porque hay “todavía un margen para seguir negociando y esperando la resolución del Juzgado” a fin de que no haya impedimentos para ello.

Y ha querido precisar que en todo este conflicto el Ayuntamiento no solo trata de conseguir que el carnaval se siga celebrando donde tenía planificado, sino que, a la vez, pretende que los vecinos de su entorno no sigan sintiéndose agraviados.

“Seguimos negociando con los vecinos, porque, lógicamente, a nosotros nos preocupan no solamente las noches del carnaval, sino que nos preocupan los vecinos que están en ese entorno”, ha expuesto en esa línea.

García Bolta ha hecho estas declaraciones a preguntas de periodistas tras presentar en rueda de prensa el pregón del carnaval, un acto con el que este sábado arrancarán las fiestas pero que no se verá afectado por la prohibición cautelar que, de momento, impide celebrar sus actos en Santa Catalina, debido a que está programado en otra zona de la ciudad, el barrio de Vegueta.

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