Las autoridades que gestionan la emergencia volcánica en La Palma proponen bajar el semáforo a amarillo
El Comité Científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) propuso en su última reunión celebrada este martes cambiar el semáforo de riesgo volcánico, que actualmente está en color rojo, al color amarillo. Con este nivel se mantiene la información a la población y las medidas de vigilancia y monitorización de la actividad volcánica y sísmica.
Por ello, este miércoles el Comité Director del Pevolca acordó constituir una comisión mixta que trabaje en el traspaso de la dirección de la gestión de la emergencia del Ejecutivo autonómico al Cabildo de La Palma a partir del lunes, haciéndolo coincidir con el cambio de color del semáforo de riesgo volcánico de rojo a amarillo.
Aunque la gestión pase al Cabildo, la emergencia continuará activa, por lo que las limitaciones permanecerán vigentes y subsistirán hasta que se dé esta por finalizada.
Según el último dictamen del Comité Científico, la actividad volcánica en la zona de Cumbre Vieja se encuentra en fase post-eruptiva desde el pasado 13 de diciembre, y considera que los riesgos que persisten están limitados y controlados con una prohibición de acceso de la población.
Riesgos aún observables
No obstante, el dictamen recalca que en esta fase post-eruptiva persisten algunos peligros volcánicos y que continúa registrándose actividad sísmica y geoquímica anómala, sin haberse alcanzado niveles de fondo en los observables.
En este sentido, continúan registrándose elevadas emisiones de gases (principalmente CO2), tanto en Puerto Naos como en La Bombilla, motivo por el que estos dos núcleos vecinales continúan cerrados. En cuanto a la localidad de El Remo, se permite el acceso de personas mediante código QR pero sin pernoctación.
Mientras, en la zona del edificio volcánico se han constatado altas temperaturas e inestabilidades del terreno. Además, en las coladas de lava en las que se está trabajando se han certificado temperaturas que superan los 300 grados centígrados en los bordes de las coladas y hasta 500 grados centígrados en los fragmentos de lava que se han extraído, por lo que estas actuaciones requieren estudios previos que garanticen la seguridad en su ejecución.
Por otra parte, los científicos recomiendan una distancia de seguridad en la navegación en el entorno de los deltas lávicos ya que existen cambios en la profundidad que aún no han sido cartografiados, que debe ser de al menos 250 metros de los frentes de los deltas lávicos y de 500 metros de la línea de costa entre los deltas lávico 4 y el sur del delta lávico 1-2.
Sobre las personas albergadas en hoteles, en estos momentos la cifra se reduce en seis personas respecto al último dato, situándose en 506. De ellas, 315 están en Fuencaliente, 124 en Breña Baja y 67 en Los Llanos de Aridane. Cruz Roja, organización encargada de la gestión, indica que estas personas van regresando a sus hogares a medida que van adecuando la habitabilidad de sus viviendas.
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