La pesca de tiburones protegidos se vende en Lanzarote como atractivo turístico: ''Una aventura para los buscadores de monstruos''
“Tenemos una aventura increíble para los auténticos buscadores de monstruos”. El negocio Extreme Fishing Territory ha hecho de la captura de especies marinas protegidas en Lanzarote una atracción turística. Por 150 euros, los visitantes de esta isla Reserva de la Biosfera podían subirse en un barco, pescar tiburones martillo, mantelinas y rayas, llevarlos a la orilla y sacarse fotos para las redes sociales. Dos denuncias han llevado a la Guardia Civil a investigar los hechos y al Cabildo insular a abrir un expediente y elevarlo al Gobierno de Canarias y a la Fiscalía de Medio Ambiente.
La asociación para la conservación medioambiental Latitud Azul y la asociación para el desarrollo de acciones climáticas integrales ADACIS han denunciado a Extreme Fishing Territory, propiedad del zamorano Óscar Benéitez Pérez, por la comercialización de especies procedentes de pesca recreativa, el uso de vehículos en las playas donde realizaba la actividad de pesca, hacer apología de la pesca de especies protegidas cuya captura no está permitida a través de la difusión en redes sociales y por usar drones durante la actividad.
Esta redacción ha intentado conocer la versión del organizador de estas excursiones, pero no ha respondido a las llamadas y mensajes. Muchas de las imágenes que publicó en sus redes sociales fueron borradas después de que sus prácticas llegaran a las autoridades. Sin embargo, los denunciantes pudieron recopilar decenas de fotografías antes de que fueran eliminadas. En ellas se puede observar a los clientes posando de día y de noche con los animales e incluso al propietario del negocio mordiendo la aleta de un tiburón.
Este negocio ha tenido tanto alcance que incluso una publicación en un medio inglés dio a conocer el caso de una familia irlandesa que se trasladó a Lanzarote para vivir la experiencia de capturar tiburones angelotes, una especie en peligro de extinción.
El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha abierto una investigación y está en fase de recogida de pruebas para poder concretar acciones judiciales por la vía penal. Según las denuncias a las que ha tenido acceso esta redacción, esta oferta se lleva dando al menos desde 2020. En las publicaciones de Facebook en las que promociona su servicio, Benéitez asegura que, además de en Lanzarote, ofrece “aventuras de pesca” en Ceuta, Gibraltar, Sudáfrica, Cabo Verde, Angola y Mozambique.
Los comentarios publicados por algunos clientes en el portal Trip Advisor revelan que el denunciado ha llegado a pedir 150 euros por unas 10 horas de “pesca extrema”. Las excursiones eran tanto de día como de noche. “Tienes la posibilidad de coger un auténtico bicho y darte la lucha de tu vida”, “Logré atrapar una mantarraya grande”, cuentan algunos usuarios.
“¡Disfruta de una aventura de pesca diferente e increíble por las costas y playas que rodean la isla! Extraordinaria diversidad de especies autóctonas y visitantes. Transporte y equipo de pesca proporcionado, y nuestro guía estará con usted todo el tiempo”, promociona el negocio. Después de las fotos, no se sabe aún qué pasaba con los animales. Sin embargo, los expertos consultados coinciden en que aunque fueran devueltos a su hábitats, capturarlos y después sacarlos a la superficie puede provocarles un daño irreversible.
La Ley de Pesca de Canarias prohíbe atraer a los peces con animales o sustancias que contengan sangre o productos tóxicos, utilizar como señuelo especies protegidas y utilizar artes no autorizadas. Además, establece que las especies capturadas accidentalmente cuya pesca esté prohibida han de ser devueltas al mar de inmediato. “Según se aprecia en las fotos, las capturas, en el supuesto caso de que fueran accidentales, no han sido devueltas inmediatamente al mar, sino que han sido utilizadas para hacer fotografías con los clientes”, reza una de las denuncias. “La pesca se puede considerar que es dirigida y las capturas son de las especies objetivo, no accidentales”, añade el documento.
Tiburón azul, mantelinas y chuchos
La denuncia de Latitud Azul enumera las especies identificadas en las fotos y su grado de protección. El tiburón jaquetón o tiburón sedoso está catalogado como vulnerable en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). En esta misma lista está también el tiburón martillo. La Orden ARM/1647/2009 que regula la pesca de especies altamente migratorias “prohíbe la captura, tenencia a bordo, desembarque o comercialización” de estos tipos de tiburones, así como también del tiburón azul.
Una de las especies marinas que más se repite en las imágenes es la mantelina, catalogada en peligro de extinción en la lista roja de la IUCN. Lo mismo sucede con la raya picuda. En peligro crítico de extinción está el obispo. Por su parte, el chucho negro está catalogado bajo amenaza. Fuentes de la Consejería de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias aseguran que la Agencia de Protección del Medio Natural y el Servicio de Biodiversidad están colaborando con el Seprona, que abrió la investigación pertinente.
“Este tipo de imágenes no pueden estar promocionando este tipo de actividades como una actividad turística. Están dañando el mayor patrimonio que tienen las Islas, la biodiversidad”, asevera Alicia Herrera Ulibarri, bióloga, investigadora y cofundadora de Latitud Azul.
Herrera lamenta que se estén dando estas prácticas que echan por tierra los proyectos que se impulsan desde la Universidad para la conservación de angelotes, rayas y mantelinas. “Esta actividad no tiene cabida en las Islas Canarias. La normativa debería ser mucho más dura con las especies vulnerables y en peligro de extinción”, sostiene la experta.
Por su parte, el naturalista y asesor en materia ambiental Ezequiel Navío, como representante de la asociación ADACIS, subraya que “este tipo de hechos tienen que ser perseguidos sin tregua y con la máxima contundencia por las administraciones públicas de Canarias, por los agentes de vigilancia, por la comunidad científica, los colectivos sociales y la propia ciudadanía”.
“Ante una situación de crisis ambiental sin precedentes, con los mares y océanos del mundo contaminados por plásticos y productos químicos que aniquilan especies marinas y con la sobrepesca global diezmando los bancos pesqueros, no podemos permitir de ninguna manera que haya energúmenos que de manera deliberada estén maltratando especies amenazadas y en peligro de extinción”, concluye Navío.
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