El petroglifo de la Casa del Baile de Garafía “debería recuperarse” si no “peligra la estabilidad” del inmueble

Una de las paredes de la Casa del Baile de San Antonio del Monte, en Garafía, tiene un grabado rupestre de unos 70 centímetros de anchura que ocupa “una de las piedras esquineras de basalto” del inmueble. El arqueólogo Jorge Pais, jefe de la Unidad de Patrimonio Histórico del Cabildo, considera que “sería aconsejable recuperar” esta pieza “si no peligra la estabilidad de la Casa del Baile y trasladarla a un lugar donde pueda ser limpiada y restaurada”. Entiende que “podría pasar a formar parte de los restos arqueológicos del Centro de Visitantes del Parque Cultural de La Zarza”. 

“El peligro de deterioro es real puesto que, en la piedra contigua, se ha realizado, no hace mucho, un agujero con una broca, seguramente para sujetar algún andamio o estructura relacionada con la feria de San Antonio del Monte. Por otro lado, el panel presenta una serie de incisiones bastante recientes”, resalta.

“El grabado rupestre de la Casa del Baile fue descubierto y dado a conocer, en 1970, por el arqueólogo Mauro Hernández Pérez. Se trata de un interesante panel, de unos 70 centímetros de anchura, que ocupa una de las piedras esquineras de basalto de la denominada Casa del Baile”, detalla. 

“El motivo es de gran tamaño y presenta un desarrollo continuo. La técnica de ejecución es el picado de anchura media y superficial. Ahora mismo, desconocemos el motivo de que se trata, puesto que las partes inferior y superior de la roca están recubiertas por el enfoscado de la construcción, pero, por su tipología, podría tratarse de una espiral o unos círculos concéntricos”, expone Pais. 

“Es importante reseñar que esta zona se conoce como Los Guanches, lo cual es una clara referencia al uso que los benahoaritas hicieron de estos parajes como campo de pastoreo y lugar de interés mágico-religioso”, recuerda.

“En el Museo Arqueológico Benahoarita está expuesto un precioso panel que se llevó a la Real Sociedad Cosmológica de Santa Cruz de La Palma a mediados de la década de los 30 del siglo pasado, cargado en un burro, y siguiendo el camino del Lomo de La Ciudad. El grabado se recuperó de una de las piedras hincadas que delimitaban una era que aún se conserva en la zona. Estos datos nos fueron proporcionados por Don Antonio Manuel Díaz Rodríguez (+) quien, además, nos mostró el lugar exacto”, asegura.

“La presencia de estos dos magníficos petroglifos nos hace suponer que en Los Guanches existió una gran estación que fue desmantelada al utilizarse el soporte como cantera de tosca y basalto de la que se extrajeron los bloques para levantar la iglesia de San Antonio del Monte y las construcciones aledañas (Don Isidoro Castro, vecino de la zona, nos mostró, hace unos años, el lugar donde se emplazaba la cantera)”, dice.