El árbitro del Mensajero-Barakaldo redacta un anexo al acta para explicar la agresión

El árbitro y un linier al finalizar este domingo el encuentro  Mensajero-Barakaldo en el Silvestre Carrillo. Foto: JOSÉ AYUT.

Efe

Castellón —

El árbitro Fernando Navarro Collados, agredido el domingo junto a sus asistentes tras el partido Mensajero-Barakaldo, del Grupo II de Segunda B, ha presentado un anexo al acta donde explica que tanto el club local como la Policía le transmitieron que “no debía haber ningún problema” sobre su seguridad a la salida del campo.

El colegiado castellonense dirigió en la isla de La Palma el encuentro, que finalizó con victoria del Barakaldo por 0-1, asistido por Guillermo Ballester y Álvaro Rallo.

En el anexo explica que cuando se acercaban a la puerta, se intensificaron los insultos y que cuando iban a entrar en el taxi, Álvaro Rallo recibió un golpe en la cabeza y sufrió un corte en la frente.

Según ha podido saber Efe, el equipo arbitral, que actualmente ya ha regresado a casa, “se encuentra bien” y ha presentado una denuncia por el incidente ocurrido.

En el anexo redactado este lunes se indica que al ir a abandonar el campo cuarenta minutos después del final del encuentro observaron que les esperaba “un grupo de seguidores de unas sesenta personas identificadas como locales por su indumentaria”.

Algunas de ellas estaban “bebiendo bebidas alcohólicas, que podían adquirirse dentro del recinto deportivo”, indica el anexo.

“Desde el momento en que nos vieron, comenzaron a increparnos de una forma continua y reiterada. Preguntamos al coordinador de seguridad de CD Mensajero y a la Policía Nacional presente por la idoneidad de abandonar las instalaciones en ese momento con dichas personas, a lo que nos contestaron que no debía haber ningún problema para que saliésemos con seguridad”, indica el árbitro.

“Para nuestra protección, pudimos contabilizar varios policías nacionales, seguridad privada del club y el coordinador de seguridad, además del delegado de campo, que colaboró con nosotros en todo momento”, agrega.

Explica que al acercarse a la puerta se intensificaron los insultos y le tiraron por encima una lata de cerveza“.

“Conseguimos llegar, entre empujones continuos, hasta el taxi que nos tenía que llevar al aeropuerto. Cuando íbamos a entrar en él, una persona consiguió llegar hasta la posición del asistente Nº2, cogiéndole la cabeza y golpeándosela contra el coche, produciéndole un fuerte golpe en la cabeza y un corte en la frente, de los que adjuntamos parte médico”, prosigue.

“Posteriormente, el asistente Nº2 fue tratado en la ambulancia desplazada a las instalaciones deportivas, la cual lo trasladó hasta el aeropuerto. El asistente Nº1 y yo pudimos desplazarnos en el taxi que se había llamado previamente. En el trayecto hasta el aeropuerto, no fuimos acompañados por miembros de la fuerza pública”, concluye.

Previamente, en el acta redactada en el campo tras el partido, el árbitro indicó que al final de la primera parte y mientras se dirigían al vestuario, “entraron cuatro personas identificadas como aficionados del club local, profiriendo insultos y amenazas hacia nuestra persona”.

Estas personas “tuvieron que ser sujetadas por miembros de la seguridad privada del club y por las fuerzas de orden público presentes en el terreno de juego, que impidieron, con la ayuda en todo momento del delegado de campo, que tuvieran estos hechos mayores consecuencias”.

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