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Alma se inicia. ‘Irma la Dulce’, de Billy Wilder

Miguel Jiménez Amaro

La mañana del domingo nos dejamos desperezar. Cada cual iba levantándose cuando le venía en ganas, e iba corriendo a la piscina. Ninnette y Lissete fueron las primeras en hacerlo, se dieron un paseo después del baño, trajeron frutas e hicieron zumos variados. El Charro y Alma fueron los últimos en levantarse. Después de nadar se vinieron a sentar con nosotros. Abrimos tres botellas de Cava ‘Integral de Llopart y escuchamos a Alma que le decía a Ninnette, Lissette y al Chivato Tántrico que quería iniciarse en la sexualidad sagrada. El Chivato Tántrico testó la situación y dijo que de acuerdo, que se podía empezar mañana, que con tres días habría, que empezarían Ninnete y Lissete con Alma, el lunes y el martes en la Playa de Las Cabras, y que el miércoles vendría él para concluir en la Playa del Puertito. Alma preguntó que si Buenaventura podría venir con ella. Todos, menos yo, pusieron cara de interrogación. “¿Quién es Buenaventura?” El Charro contestó que él, y que luego nos contaría. El Chivato Tántrico le respondió a Alma que sí, que al estar El Charro iniciado no había ningún problema, y que siendo pareja ellos dos, pues que era mucho mejor que participase él.

“Bueno, pues creo que debo de hablaros lo de mi nombre, ‘Buenaventura’. Mis padres, como ya os he dicho, fueron milicianos durante la Guerra Civil Española. Formaron parte de la Columna Durruti, tenían intima amistad con él. Ellos no se creyeron lo del accidente de Durruti con El Naranjero al bajar del coche en la calle Cea Bermudez de Madrid, cerca de donde hubo un bar de cañas, Riaño. Se creyeron que un francotirador desde una de las azoteas de la calle, acabó con su vida, ¡otro encargo de Stalin!, como el asesinato de Trostky ¡Qué suerte tuvieron mis padres con Stalin, que mandó a matar a dos de sus mejores amigos! Mis padres pensaron después del asesinato de Durruti que cuando tuvieran un hijo, lo llamarían Buenaventura. Tuvieron un segundo hijo, un niño que me encontré en la calle pidiendo de comer y lo llevé a casa. Lo llamamos León, mi querido hermano León, como Trostky”.

Alma nos habló, a continuación, de El Charro. Ninguno la conocíamos personalmente. Nos dijo que ha vivido en casi todo el mundo porque sus padres eran diplomáticos franceses, que hablaba varios idiomas y que alternaba la pintura y la música. Nos dijo que lo poco que había visto de la Isla, desde el avión, y desde el Aeropuerto a la casa, le había llamado mucho la atención; y que tenía interés por conocer la isla entera. Alma, le dio paso en la palabra a León, que tampoco había estado en la Isla. León nos comentó que tenía que regresar a México -sólo había venido a traer a Alma- el lunes temprano; que había estado hablando con El Charro, con Alma, y con nosotros por separado, y que nos reiteraba su deseo de quererse iniciar en la sexualidad sagrada.

El Chivato Tántrico le dijo a León que viniese con su compañero, Kropotkin, a iniciarse cuando quisiere; y nos preguntó que si le dejábamos hablar de un sueño infantil suyo. Le dimos con gestos el consentimiento. Durante toda mi infancia, nos comentó, soñé con ser Robin Hood. Yo soy de un linaje tántrico muy antiguo y muy sagrado, es el más antiguo que se conoce; soy una persona realizada, vengo aquí a ayudar, pero sin dejarme la vida en ello; no me preocupa el día en que me voy a morir porque ya tengo la eternidad ganada. Pero hay algo, como deidad, en lo que me sigo sintiendo humano en el verdadero sentido de la palabra, no consiento las desigualdades sociales, ni la pobreza. Donde veo una ruleta haciendo trampas, salta el Robin Hood que llevo dentro, como me ocurrió en Casablanca.

El miércoles por la noche tuvimos el ágape después de la iniciación de Alma. Alma nos hizo comida oriental. El Charro quiso que bebiéramos Gran Reserva Microcosmos Brut Nature de Llopart ¡Que buena es la uva Pinord Noir! Después del ágape, Alma, Ninnette y Lissette me abrazaron y me preguntaron qué película les iba a poner esa noche. Les advertí que era muy probable que después de verla quisieran volver a París. El Charro contestó por ellas: “Miguel, el tanque del avión está lleno ¿Qué es un pozo de petróleo más o menos? ¿Qué es una raya para un tigre? ¿O un balde de agua para un camello?”. Robin Hood dijo: “Tranquilo Miguel, nos vamos a otra ruleta”.

Les puse ‘Irma la Dulce’, de Billy Wilder, con Shirley Maclaine y Jack Lemon. La calle Casanova de París, y el Hotel Casanova, es el mayor alijo de prostitución, corrupción y ternura que hay en París. A esa calle llega Néstor, qué luego se llamará ‘El Tigre’, un policía incorrupto. Néstor comete la torpeza de hacer una redada cuando el comisario estaba dentro del hotel con una de las chicas. Néstor, se ve despedido y sin sueldo. Va a ‘Chez Moustaches’, el bar que está en frente del Hotel Casanova, y por azar, se convierte en el jefe de los chulos, al despedazar al Buey, después de darle una soberana paliza. Néstor se convierte al mismo tiempo en el chulo de Irma, la de las medias verdes. Néstor se enamora de Irma la Dulce (¡Quién no se enamoraría de ella! ¡Me enamoré yo cuando Antonio el del Queso -yo tenía dieciséis años- me dejó entrar a ver la película en el Parque de Recreo, siendo la película para los mayores de dieciocho años! ¡Y me olvidaba de cuando me enamoré otra vez de ella después de estar unos minutos dentro del ascensor del Hotel Oasis Maspalomas con ella!). Néstor no puede compartir a Irma. Tiene unos celos increíbles de todos sus clientes. Urde un plan para sacar a Irma de la prostitución, él alejarse de su personaje de chulo, y ser felices teniendo una niña como en los cuentos ¡Para esto, tendréis que ver la película! ¡Si no tenéis dieciocho ya no importa!

Al acabar de ver la película Buenaventura fue a abrir otras tres botellas de Microcosmos de Llopart. Alma, Ninnette y Lissette, abrazadas, hablaban entre ellas. Decían que teníamos que ir a París a iniciar a aquellas chicas y reconvertir la prostitución en algo sagrado, como antiguo lo fue. Y fuimos a París, pero eso quedará para otro momento: ‘El segundo viaje a París. Atrapados en el tiempo’, como quedará la iniciación de León y Kropotkin.

Hermanos, os quiero. Incluso a los que no me queréis. ¡Bueno, a esos más!

Abrazos por El Lado del Corazón. Salud y Alegría Interior.

Las Cosas Buenas de Miguel

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