Espacio de opinión de La Palma Ahora
González Ortiz
“Somos la comunidad autónoma peor financiada por el Gobierno de España para afrontar los servicios públicos esenciales, por lo que no parece lógico el drástico recorte de ingresos en los dos últimos Presupuestos Generales del Estado”. Existen discursos políticos, cuyas palabras en estado gaseoso se evaporan en el aire. La demagogia es tan vieja como el hombre. Sin embargo, como no me gusta que me cuenten cuentos ni que me engañen, me agradó la conferencia del consejero de Economía, Hacienda y Seguridad, Javier González Ortiz, en la sala “Rosendo Carballo”, organizada por la Confederación de Empresarios de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme-La Palma).González Ortiz, con su juventud “madura”, me parece un político capaz de ensamblar voluntades para lograr un objetivo común. Es evidente que no se trata de un mesías, no obra milagros, pero de sus ademanes, de sus palabras y de su sonrisa, se extrae un grado de optimismo, exento de fragilidades sentimentales, que si bien no puede escapar a la consistente realidad, inspira confianza por su rigor ante un panorama como el económico, cargado de ideas evanescentes y brumosas con las que los expertos no se ponen de acuerdo.
Cuando desde nuestra impotencia abogamos por una política económica honrada y rigurosa, nos pareció coherente que el consejero calificara de “máxima prioridad” aumentar la capacidad y fortaleza del mercado laboral, un objetivo, dijo, “al que se dirigen todos los esfuerzos de este gobierno”. Una larga y complicada tarea, ya que la ilusión de cierta autonomía económica queda desmentida, según intuimos, por la realidad macroeconómica que nos impide maniobrar. Aún así, el conferenciante ofreció datos acerca del comportamiento del empleo, destacando que, aunque con una alta tasa de paro, el deterioro en 2012 ha sido menor en Canarias que en el resto del Estado. No es un consuelo, pero nos invita a ver una posible, aunque remota, luz más allá del túnel de una crisis que afecta, en mayor medida, a las clases medias, a los pobres, casi todos parados, y a los pensionistas que ya no tienen fuerza ni energía para soportar las necesidades primarias de una familia. Se dice que cuando uno trata de llevar el agua a su molino todos los regueros son buenos, pero en boca del consejero no me pareció una excusa el análisis sobre los demandantes de empleo en Canarias, con índices muy superiores a la media española y que inciden en la elevada tasa de paro. “Sin ese factor ?indicó- hoy estaríamos hablando de 60.000 parados menos y de una tasa del 29% en lugar del 33% actual”. Como tampoco me sorprendió que de esos demandantes el 46% sea de nacionalidad extranjera, principalmente comunitarios, frente al 29% en el resto de España. Y todo esto, cuando en la Eurozona se buscan factores que contribuyan a un ritmo moderado de crecimiento para el segundo semestre de 2013. Lo que demuestra, que en otros países también esperan soluciones globales para estabilizar las consecuencias de la crisis e iniciar un despegue con más empleo, menores niveles de endeudamiento en los hogares y con la esperanza de que fluya el crédito para facilitar una recuperación de las pequeñas y medianas empresas.
Con parecidas premisas, González Ortiz señaló al nuevo REF como “la principal herramienta para sentar las bases de la recuperación en Canarias”. Con un marcado contenido social, la prioridad del empleo, la financiación de las empresas, la apuesta por los emprendedores y la innovación, además de la compensación de los sobrecostes derivados de la lejanía y la insularidad. ¡Qué Dios le oiga y nosotros lo veamos! Pero, como en política no estamos en unas solas manos, y tan importantes son las que conducen desde el Gobierno como las que empujan desde una oposición constructiva, los palmeros esperamos de González Ortiz y de cuantos dirigentes nos visiten, que tomen a La Palma, en serio. ¡Qué se jueguen el pellejo en un compromiso con nuestra gente! Porque son ellos, los que tienen la decisión y los apoyos necesarios para un cambio de rumbo, un nuevo derrotero de amplio espectro que lleve a nuestra tierra al nivel que por sus potencialidades e influencia le corresponde.
Esta es una Isla que siempre está mirando atrás, a los restos envejecidos de una historia sobradamente conocida, la historia de un floreciente comercio y una cultura sin parangón. La Palma estaba rodeada de mar, pero a través de él fue una encrucijada de rutas y caminos. Aquellos fueron otros tiempos, hoy no puede seguir montada sobre sus antiguas glorias, ni vivir de sus declinantes prestigios. No se trata de olvidar ni dinamitar el pasado. Se trata de participar activamente, en igualdad de condiciones, en la construcción de una patria común, siguiendo las mismas coordenadas estratégicas de las islas mayores, con las medidas compensatorias que sean necesarias para ello. ¿Es mucho pedir?
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