Espacio de opinión de La Palma Ahora
Traslación de gravitación hermética
(A Carlos, mi hermano, sensato, humilde, introspectivo, leal, telepático? indestructible, ingenerable, incorruptible, indivisible como la Mónada de Leibniz, surge “sui-géneris”).
En su mente especulativa, el autor a través de premisas “dudosas” pretende llegar a una inferencia-lógica analizando situaciones hasta iluminar el encadenamiento de los hechos; no admitiendo la “fe hermética” de los postulados, recurre a la “razón diáfana” de los axiomas. El sigilo con el que origina la investigación continúa en una avidez desenfrenada, generando una traslación de su hermetismo neurótico al asombro del entorno.
Es difícil que dos emociones se den simultáneas en un mismo sujeto; a veces suceden una en el pensamiento, otra en la acción como actos fallidos. La mente piensa, el corazón siente? producto de un equilibrio inarmónico.
En el azar, con o sin intervención de las emociones, se puede ubicar a Leibniz en su Lógica Racional discurriendo sobre la ley de “Coincidencias”, que quiero bautizar “Díada sincrónica”. Existe una relación inherente a ciertas disciplinas filosóficas y científicas, y recuerdo a K. Jung, discípulo de Freud ostentando la ley de su invariable “Sincronía”.
Todas las teorías no físicas parecen levitar intangibles.
Probabilidades, simetría, proporciones, Euclides y los Pitagóricos en su numeración? Acontecimientos enigmáticos de una óptica subjetiva fluyen en un laberinto alegórico donde el universo se dispersa dinámico, metamórfico, caleidoscópico?, escenario social de exclusión y persecución, con disfraz y antifaz del hombre en su reacción pre-histórico-filogenética hacia las razas humanas.
Proyección de acontecimientos dubitativos, finitos, inevitables o impredecibles, se extienden hacia el infinito. Los sucesos posibles pueden crearse, sin ser tangibles para la física. Son deductivos para la lógica empírica que no admite la controversia y en el plano de la metafísica ontológica, los entes se engendrarían, en un proceso de “Creación andrógina” aleándose: “To be en not to be”, en una Entelequia Onírica, anhelando alcanzar el Absoluto Ontológico de Hegel.
Somos escépticos y dubitativos en un Gnoseológico universo relativista, manipulador influenciable. Y los sofistas, ¿serían falaces en su razonamiento? De un mismo objeto se obtiene su propia antinomia. Los conceptos son opuestos o se incluyen como recuerdo en el infinito de la “Suprema Identidad” de A. Watts, que incluye al finito sin perder su esencia infinita. Sin embargo el universo es finito para Einstein.
¿Se opone la Causa al Azar o lo incluye?
¿Y el Absoluto a lo Relativo?
¿Y el Todo a la Nada?
En el Racionalismo Francés emerge la duda cartesiana si recordamos a Descartes en su Discurso Metódico. Así la Ciencia -exacta- no lo es, aunque irrefutable con otras teorías, es dubitante; los teoremas son obtenidos por “Inferencia Estadística”; por tanto debe ser la ciencia: críptica y falaz en su metamórfico devenir. Por analogía algunas hipótesis son probables aunque hayamos utilizado ciertas vías, modificando en parte un sistema (no una ley natural).
Un salto olímpico sería la sentencia determinante para alcanzar el “Cetro del Absoluto Empíreo”.

CARLOS FELIPE MARTELL:
Autor de 'Los Privilegiados del Azar', novela que será presentada este jueves, 19 de septiembre, en el Salón de Grados de la Facultad de Económicas de la Universidad de La Laguna.
De pequeño nos deleitaba con originales composiciones musicales. Siendo aún muy niño, fue componente del grupo Tajadre.
Fue miembro fundador y director de la Tuna Universitaria de la Facultad de Económicas.
Licenciado con 23 años, comenzó su labor docente en la Universidad de La Laguna durante ese mismo año. Y ahora nos cautiva su alma de escritor.
(Foto: C. F. Martell)
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