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La verdad sobre privilegios y apellidos en la Bajada del Trono 2015

Acenk Galván Lugo

Se ha publicado el día 30 de junio en algunos medios de comunicación escritos una noticia relativa a la Romería de la Bajada del Trono, que por sorprendente, incierta, injustificadamente tendenciosa, no contrastada, y desconocedora de lo realmente ocurrido, me ha obligado a escribir estas breves líneas en aras de la verdad y porque, en unión de mis compañeros y amigos, me siento directa e injustificadamente maltratado con parte del contenido de la aludida noticia y por, además, mostrarse unas fotografías en las que, entre otras, se muestra mi persona; fotografías que por sí solas nada supondrían, pero sí, si se muestran haciendo o queriendo hacer ver en ellas lo que no es. Y también, porque me avergüenza que la historia (tanto sea la macro, como la mini historia) se pueda hacer de esa manera por personas movidas por no sé qué intereses o motivaciones ocultas y torticeras, pues lo que cuentan en nada se ajusta a lo realmente ocurrido, limitándose a contar lo que se dice que alguien dijo, pero sin contrastar la información recibida, aunque al hacerlo de esa inadecuada manera se denigre a algunas personas. La más elemental justicia requiere y exige el que se oiga a las dos partes, y ello también se hace extensivo al noble y encomiable ejercicio de una veraz información, y a todo aquél que alardee de enfocar lo que acontece con “visión periodística”.

La realidad de lo ocurrido, nada tiene que ver con tensiones, privilegios, apellidos e insultos, como se dice en la publicación de la noticia que nos ocupa, y para acercarnos a la realidad tendré que remontarme al origen de nuestra actuación en las Romerías de la Bajada del Trono:

Hace más de cuarenta años cuatro personas entre las que un servidor se encontraba -ligados de una manera especial con el Santuario, por razones que ahora no vienen al caso-, fuimos llamados e invitados a trasladar las Andas de Baldaquino con el compromiso de hacerlo hasta el templo de El Salvador y de cuidar de las Andas hasta su entrega en este templo; y así lo hicimos los cuatro en dos Romerías, por haber sido nuevamente invitados. De esas cuatro primeras personas, hoy sólo continuamos dos.

Para la Romería, que para nosotros fue la tercera, por el entonces Rector del Santuario -con el que tres de nosotros habíamos coincidido en un mismo centro formativo-, se me indicó que buscase a un grupito de personas altas y de mi confianza para contribuir en el traslado del trono y que así las Andas siguiesen a hombros de personas altas para que se viesen bien entre la multitud de romeros, y que además nos ayudasen turnándonos durante el largo recorrido de la Romería, si bien durante el trayecto la Andas se le iban dejando a los romeros que nos lo pidiesen. Así lo hice, y para buscar a esas personas acudí a un equipo de baloncesto en el que jugué y que eran buenos amigos míos y de mi plena confianza, y a partir de entones, -creo que fue a partir de la Romería de 1980--, se siguió haciendo lo mismo por ese grupo de personas y siempre a ruego y requerimiento del que seguía siendo el Rector del Santuario. Ni esas personas, ni los cuatro primeros, fueron elegidas por su apellido, ni por su clase social, ni por nada que se le parezca, pues está claro que nada de ello es relevante, ni tiene que tomarse en cuenta en forma alguna a la hora de afrontar actividades como la que ahora nos ocupa, ni ninguna otra. La única razón fue la antes dicha, y ello siempre a ruego, repito, del entonces Rector del Santuario.

En todos estos años nunca nos hemos considerado como detentadores de derecho alguno para el traslado de la Andas, ni poseedores de exclusiva alguna al respecto. Lo que veníamos haciendo, lo hacíamos por la razón dicha.

Se dice en las aludidas noticias de prensa, que nosotros zarandeábamos las andas en un “paseíllo” delante de las cámaras de televisión. Es verdad que lo hacíamos, pero no hacíamos un “paseíllo” para las cámaras de televisión, lo hacíamos, levantando y haciendo girar las Andas a los sones de la música canaria, para el pueblo, los romeros y nosotros mismos y en honor de la Virgen de La Nieves, y siempre se nos dijo que eso gustaba, e incluso se nos pedía por los otros romeros y público repetidas veces durante la Romería y así lo íbamos haciendo en numerosas ocasiones y lugares. Incluso antes de una de las Romerías, el propio Rector de Santuario, -que antes siempre nos decía que tuviésemos especial cuidado al “bailar” las Andas para no estropearlas--, nos dijo que a partir de ese año podíamos levantarlas y bailarlas libremente, pues se les había reforzado con un armazón interior de hierro con tal fin. Y eso no implicaba ninguna falta de respeto a la Virgen y sus elementos, sino todo lo contrario. La religión y sus fiestas y sus ritos tienen que ser motivo y causa de júbilo y alegría, y el que piense lo contrario, entiendo que anda equivocado, dicho sea con todos los respectos.

Han pasado muchos años, es verdad, y por esa razón y sencillamente porque ese paso del tiempo lo vamos notando todos en nuestros cuerpos, precisamente para la Romería de este año 2015 habíamos decidido no acudir a la cita, y así se lo hicimos saber al presidente de “Los Custodios” y uno de los “Camareros de La Virgen”, pero por éste se nos pidió por favor que no dejásemos de acudir este año, y tanto se nos insistió por favor ante nuestra reiterada negativa, que decidimos acudir una vez más, y a tal fin se nos reservó por el dicho presidente una mesa en el restaurante que está muy próximo al Santuario, donde almorzamos -lógicamente por nuestra cuenta, y lo digo para evitar suspicacias- con la finalidad de que estuviésemos puntuales para el comienzo de la Romería, dado que el traslado al Santuario ese día se hace muy complicado.

Una vez en el Santuario se nos dijo que las Andas de Baldaquino serían sacadas del Santuario, hasta el exterior de la puerta, por los “Custodios”. Así se había hecho también en la ocasión anterior, y como es lógico y natural no hubo ningún tipo de incidente ni reticencia por nuestra parte, como tampoco la había habido en el 2010. Y se nos dijo que allí se nos entregarían las Andas al igual que en las veces anteriores. A tal fin, y sin ni siquiera pedirlo, por el presidente de los “Custodios” se nos entregaron unos barales de apoyo que llevan los cargadores y que se usan para asentar las Andas en las paradas o descansos, y por esa razón salimos del Santuario y nos pusimos junto a las repetidas Andas en el exterior del Santuario, a la espera de que una vez repartidos los trozos del trono se nos entregaran aquéllas. Llegado el momento, y sólo entonces, se nos dice que tampoco en ese momento se nos entregarían, sino al salir de la plaza como a cualquier otro romero. Por tal motivo entregamos sin protesta alguna los referidos barales, y esperamos --ya que habíamos venido--, a tener la oportunidad de cargarlas, lo que hicimos alternativamente con otros romeros y “Custodios” por breves momentos, y nos fuimos, pues allí no teníamos más que hacer, ni teníamos que responsabilizarnos del cuidado de nada.

Repito, si de nuevo acudimos este año fue porque se nos pidió por favor reiteradamente, de lo contrario no hubiésemos acudido; y en ningún momento nos opusimos a nada, ni protestamos por nada, entre otros motivos porque no había nada por lo que protestar, ya que nunca hemos sido detentadores de derecho alguno al respecto, ni nunca hemos hecho valer o alegado semejante argumento. Lo que sí es cierto es que nos encontramos contrariados, pues nos habían hecho ir para nada, a pesar de nosotros haber manifestado nuestro deseo de no querer hacerlo.

Durante todo el tiempo que estuvimos allí en ningún momento oí una sola palabra mal sonante, ni siquiera subida de tono, y menos, una discusión o actitud de resistencia u oposición de tipo alguno, y desde luego ningún tipo de insulto.

Y para terminar, siento la necesidad de decir que me considero una persona progresista, dialogante, respetuosa y tolerante, y puedo decir con orgullo que jamás he insultado a persona alguna, y que nunca me he querido mostrar superior a nadie, entre otros motivos, porque sencillamente no lo soy.

Y sintiéndolo mucho, también tengo que decir que en los referidos artículos y citas de los mismos, me ha dado la sensación de encontrarme ante una actitud y lenguaje arcaicos, totalmente superados en nuestros días, y que propician y favorecen el enfrentamiento y la fracción social, siendo más propio de personas fanáticas e intransigentes, que de tolerantes y dialogantes. No está la verdad en romper y destrozar, sino en intentar lograr que todos vivamos en paz y lo más felices que sea posible.

Si he molestado a alguien con estas líneas, lo siento profundamente, pues no es esa mi intención, y en tal caso, le pido disculpas.

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