La Molina de Breña Alta es una pieza única y albergará un museo
Este lunes se ha llevado a cabo, en el Museo del Puro de Breña Altas, la presentación oficial de los trabajos de restauración de la Molina, unas obras que culminarán con la creación de un Museo y cuya primera fase se pondrá en marcha el próximo jueves, se informa en nota de prensa.
Se trata de un proyecto ambicioso que ha sido presentado por el alcalde de Breña Alta, Jonathan Felipe, el concejal de Patrimonio Miguel Ángel Pérez González, y el artista Tomaso Hernández, encargado,junto a su equipo, de la restauración y posterior creación del museo.
El soporte de la presentación consistió en una proyección mediante la que se fueron desgranando los detalles, el interés histórico, el proceso de rehabilitación y restauración de la estructura de la Molina de Breña Alta.
El artista canario Tomaso explicó que “la primera fase constará de los trabajos de rehabilitación de la estructura externa de la Molina. Todas las piezas exteriores se realizarán en tea, como en su origen. Serán todas de giro y de engranaje del eje y de las aspas, con la rueda catalina, toda la cabeza de la molina. Se realizarán trabajos de restauración siguiendo estrictamente la información recabada del sistema Ortega. Solo se plantean variaciones en ajustes y refuerzos de la torre y su estructura sobria y desnuda”.
El proyecto ha estado precedido por una intensa tarea de investigación y recopilación de datos que llevó al propio alcalde, junto al artista, a visitar la isla de Fuerteventura para, de la mano de expertos molineros, conocer de cerca las técnicas que allí se han seguido a la hora de rehabilitar diversos molinos de viento y poder aplicarlas en la reparación del Molino de Breña Alta, una edificación que data de mediados del siglo XIX y que actualmente se encuentra desnucado y muy deteriorado.
El Ayuntamiento de Breña Alta ha logrado que el Gobierno de Canarias aporte una partida inicial de 50.000 euros que estarán destinados a esa primera fase estética en la que el Molino breñusco recuperaría su cabeza, las aspas y parte de su madera.
Los molinos de viento tradicionales existentes en Canarias son unos ingenios artesanales que sirven de testigo de cómo se desarrolló una parte de la cultura agrícola e industrial tradicional. Estos molinos de viento que han sobrevivido al paso del tiempo no sólo ofrecen datos sobre la economía y técnicas artesanales que se usaban en épocas anteriores, sino también sobre la capacidad de los habitantes canarios para aprovechar los materiales disponibles en el entorno insular, y que actualmente forman parte del patrimonio etnográfico y paisajístico de las islas.
Para Jonathan Felipe, que ha seguido paso a paso las tareas de investigación y documentación del proyecto, “empieza una nueva ilusión para nuestro municipio porque rehabilitaremos un lugar sin duda cargado de historia. Hemos recopilado toda la información posible también en los molinos de Puntagorda y Garafía, y estamos seguros de que nos sentiremos orgullosos del nuestro”.
El concejal de Patrimonio, Miguel Ángel Pérez, recalcó la importancia de rehabilitar esta edificación entrañable porque “se trata de un legado de los que con esfuerzo y sacrificio nos han traído hasta aquí. Llevamos mucho tiempo esperando este momento y estamos seguros de que además, será un revulsivo cultural y turístico para nuestra Villa”.
El artista Tomaso no ha cesado en la indagación previa, recopilando toda la información posible del lugar. En la rueda de prensa de hoy hizo entrega a los asistentes de una copia del Boletín de la Sociedad de Amigos del País de Santa Cruz de La Palma fechado en Julio de 1868 donde se describe la construcción del Molino de Buenavista, de Breña Alta y del Sistema original Ortega, denominado así por Isidoro Ortega Sánchez (1843-1913), un ingenioso autodidacta con formación en varios oficios artesanos como la herrería, cerrajería, carpintería o zapatería.
En 1867, en la casa familiar del término municipal de Vila de Mazo, Ortega puso en funcionamiento un molino de viento de pivote que aportaba sustanciales innovaciones. Después, Ortega construyó molinas en las islas de La Palma, Tenerife, La Gomera y Fuerteventura.
Tomaso explicó también la segunda fase de restauración de la maquinaria interna y la tercera fase, que consistirá en la idea de la creación del Museo de la Molina.
“Estamos ante una pieza única, una molina que actúa como un molino. Es decir, su estructura es de molina y es fija, todas las demás se mueven, pero su cabeza es la que gira, solo en la parte alta, como un molino”, desveló el artista.
Las obras, que tendrán una duración estimada de seis meses salvo complicaciones en el desmontaje, comenzarán este mismo jueves.
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