Carta sobre salud mental y juventud
¿Cuándo fue la primera vez que notaste que tu salud mental era importante? ¿Cuándo fue la primera vez que pudiste ponerle nombre, exteriorizar lo que estabas pensando en tu cabeza; descubrir que era real? ¿Cuándo fue la primera vez que te diste cuenta de que no estabas sola? ¿Cuándo fue la primera vez que alguien te dijo: “estoy pasando por lo mismo y hay una red de apoyo”?
Puede que muchas personas, sobre todo adultas, se sientan identificadas con estas preguntas, pues la experiencia les puede haber ayudado a encontrar el camino que necesitan, sea un trabajo, un estilo de vida, o en lo que refiere a sus propias dificultades personales. Sin embargo, saber qué nos pasa es mucho más difícil sin esa experiencia. Por eso hoy escribo aquí, una carta sobre juventud y salud mental, que espero que ayude a otros a no sentirse solos, y a aquellos que tienen recursos, a ponerse en contacto con los que lo necesitan.
Como no hay nada más valioso que la experiencia vivida, ya que es algo que nadie puede contradecir, hoy empiezo esta pieza hablando de mí. Después de algún tiempo, siento que reconocer y hablar de mi estado de ánimo es algo muy normal. Hoy voy por la calle, llevo a cabo mi vida y no me siento diferente, a pesar de que reconozco que en mi interior hay una dificultad que no todo el mundo tiene. Pero no siempre ha sido así e incluso hoy es todavía difícil reconocer las dificultades emocionales y/o mentales abiertamente. Hace años, no sabía por qué había momentos donde los nervios se adueñaban de mí y era un reto llevar a cabo actividades del día a día, pero por suerte, no juzgándome, descubrí que era y que pude trabajar para que aquella condición tuviera menos peso. Y así es como sucede en el caso de muchas personas con enfermedades mentales: la ansiedad, la depresión, el trastorno bipolar, o el TOC. Estas condiciones se encuentran en personas que participan activamente en la sociedad, probando que las discapacidades y enfermedades crónicas son parte de la realidad que vivimos, y es que de acuerdo con la Confederación Salud Mental España de 2019, una de cada 4 personas en el mundo sufre un trastorno mental en algún momento de sus vidas*. Las condiciones físicas y mentales al final indican una dificultad para llevar a cabo ciertas actividades pero no significa que paren nuestras vidas. También, si bien es importante aceptar las enfermedades mentales cuando las tienes y trabajar para sanarlas, es igualmente importante que haya un apoyo externo que valide la experiencia, pues suelen ser condiciones invisibles y fuertemente estigmatizadas.
Para finalizar me gustaría decir que la salud mental va mucho más allá de las enfermedades mentales y que es algo que todo el mundo puede gozar independientemente de sus condiciones existentes. Es un cuidado que ha de hacerse, tan importante como el físico. Dormir; comer saludable; decir “no” cuando no puedes más, y decir “sí” cuando es una experiencia que te traerá beneficio a pesar de ser un reto. Salud mental es preguntarse cómo te sientes, poder identificarlo y poder llevar a cabo acciones en el día a día en las cuales te reconozcas como persona, como persona digna, que vale la pena, que es querida, ya no por otros, sino por ti misma.
Si tú o alguien que conoces está teniendo una dificultad emocional relacionada o no con tu salud mental, recuerda el Teléfono de las Esperanza de la Comunidad autónoma de Canarias: 922 33 40 50.
*https://www.consaludmental.org/publicaciones/Guia-estilo-salud-mental.pdf
Carta escrita por Michelle Brito Rodríguez enmarcada dentro de la actividad Cartas de la juventud de Karmala Cultura. @karmalacultura @karmalajoven
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