Acaban las limitaciones de aforo en tanatorios y cementerios

Cementerio de Santa Cruz de La Palma.

EFE

Madrid —

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Desde este lunes acaban las limitaciones de aforo en tanatorios y ceremonias funerarias y sólo se recomendará una distancia interpersonal de 1,5 metros y medidas higiénicas, en contraste con la limitación a tres personas durante lo peor de la crisis. Aunque cada comunidad autónoma podrá ir fijando algunas medidas, según ha recordado este jueves la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef) con motivo de la última fase del proceso de desescalada por el coronavirus.

La llamada nueva normalidad, conforme al real decreto-ley 21/2020, de 9 de junio, acaba con la limitación a un número específico de personas o de un porcentaje de aforo que se había venido dando en velatorios, entierros y ceremonias civiles y religiosas. No obstante, en caso de que no resulte posible garantizar el mantenimiento de la distancia de 1,5 metros de seguridad, la normativa impone que se observen las medidas de higiene adecuadas para prevenir los riesgos de contagio. Esto incluye la obligatoriedad del uso de mascarillas en espacios cerrados, así como en espacios abiertos donde no pueda mantenerse una distancia mínima. Pese a que el nuevo decreto no incluya limitaciones de aforo, las comunidades autónomas tendrán la potestad de endurecer estas medidas.

De momento, Galicia, al entrar en la nueva normalidad en primer lugar ha fijado un aforo máximo de 30 personas en velatorios, de 75 personas en comitivas en los entierros y manteniendo el 75 % de aforo en ceremonias de despedida. Panasef ha impulsado planes específicos de prevención y alerta, un protocolo de limpieza y desinfección periódica, protección de clientes y empleados, y reorganización del espacio y mobiliario para garantizar una correcta distancia de seguridad y facilitar la limpieza.

Ha recordado que durante el pico de la epidemia sólo tres personas podían acudir a la ceremonia de inhumación o cremación, independientemente del número de hijos o familiares directos, y se suprimieron los velatorios o las ceremonias de despedida o de culto. Durante el sistema de fases, estas restricciones se han suavizado: en la fase 1 la limitación en velatorios siguió vigente, con 10 personas, y el 30 % en ceremonias de culto, en la fase 2 de 15 personas y un 50 % de aforo y en la fase 3 de 25 personas y un 75 %. El secretario general de Panasef, Alfredo Gosálvez, ha celebrado la entrada en una nueva etapa recordando la importancia del proceso de duelo: “El rasgo más doloroso de esta enfermedad ha sido que, además de llevarse a tantos, nos ha privado de la posibilidad de despedirlos como se merecen. No sólo no ha habido ceremonias de despedida, es que, en lo peor de la crisis, si un fallecido tenía tres hijos y cónyuge, uno de ellos ni siquiera podía acudir al entierro”.

“La ceremonia es un momento de transición psicológica necesario para asumir la despedida de un ser querido, y que pasamos acompañados”, ha añadido.

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